Diana Piñeiro, tercera alcaldesa en tres años en el caos de Cambre

La regidora, del PP, gobernará con cuatro concejales de 21: Unión por Cambre, cuyos dos alcaldes dimitieron, no se ha posicionado entre Piñeiro y la alternativa progresista
La alcaldesa de Cambre, Diana Piñeiro, del PP | PP
La alcaldesa de Cambre, Diana Piñeiro, del PP | PP

El municipio coruñés de Cambre, con sus apenas 25.000 habitantes, vuelve a estar en el foco de la actualidad política gallega: Diana Piñeiro, portavoz del Partido Popular en el Concello, ha tomado posesión como nueva alcaldesa. Con ella, Cambre suma su tercer relevo al frente del Gobierno local en apenas tres años en un escenario que sus dos predecesores calificaron de «ingobernable».

La designación de Piñeiro no ha sido fruto de una mayoría, sino del peculiar juego de equilibrios que domina el pleno cambrés desde las últimas elecciones municipales. El primer alcalde fue Óscar García Patiño, de Unión por Cambre (UxC), quien dimitió tras denunciar un bloqueo administrativo interno. Su sucesora, María Pan, tampoco logró estabilizar la situación y acabó tirando la toalla al perder la mayoría y chocar de frente con informes desfavorables de los técnicos municipales.

Tras esta dimisión, la corporación quedó sin un rumbo claro. Y como el PSOE no logró reunir los once votos necesarios para imponerse con una alternativa progresista, la alcaldía quedó automáticamente en manos del PP, al haber sido la segunda fuerza por número de votos en los comicios de 2023.

Una alcaldesa en minoría absoluta

La llegada de Piñeiro al bastón de mando se da sin contar con una mayoría que la respalde: el PP solo tiene cuatro concejales en un pleno de 21, una aritmética que deja a la nueva regidora en una posición extremadamente delicada. Sin embargo, Piñeiro ha querido enviar un mensaje de serenidad y responsabilidad: “No es un apoyo al PP, es una transición hasta las elecciones. Lo asumimos por compromiso con los vecinos”, declaró.

Su mensaje apela al consenso y al diálogo en un contexto institucional donde esas dos palabras han escaseado. “Cambre necesita acuerdos. Estoy dispuesta a hablar con todos”, añadió, consciente de que su margen de maniobra dependerá de la colaboración de unas fuerzas políticas que han sido incapaces de ponerse de acuerdo ni siquiera entre sí.

El colapso de Unión por Cambre

Detrás de este nuevo giro hay una historia de desgaste progresivo de Unión por Cambre, la formación independiente que llegó al poder en 2015 y que, hasta hace apenas unos días, lideraba el Gobierno local, primero con Óscar García Patiño y después, con María Pan.

UxC, con siete ediles y aún como fuerza más votada, ha decidido retirarse del tablero sin proponer un nuevo candidato y optando por la abstención en el pleno. Esta posición ha sido decisiva para el desenlace: al no inclinarse ni hacia la izquierda ni hacia la derecha, dejó el camino libre al PP para hacerse con la alcaldía.

Una oposición dispersa

Los intentos del PSOE de construir una alternativa de izquierdas fracasaron una vez más. Pese a contar con el apoyo del BNG y Alternativa dos Veciños, sus cuatro ediles no alcanzaron la cifra mágica de once votos. La postura abstencionista de UxC y de la concejala no adscrita, antigua miembro del PP, fue determinante para dejar al candidato socialista, Diego Alcantarilla, fuera de juego.

Desde las filas progresistas, las críticas se centraron en la falta de entendimiento interno. “La izquierda ha perdido la oportunidad de ofrecer una salida unitaria a este caos”, lamentó el portavoz del BNG, Dani Carballada. Alcantarilla, por su parte, pidió “diálogo y transparencia” al nuevo gobierno municipal, al que considera en una posición “precaria”.

La paradoja del PP

Lo paradójico del nuevo escenario es que el PP, que no encontró apoyos naturales en la corporación tras las elecciones, ahora gobierna. Su candidata, Diana Piñeiro, asumió el reto sin complejos. “No me da miedo gobernar con solo cuatro concejales”, afirmó días antes de la investidura. Su discurso se centra en abrir una etapa de responsabilidad y sentido común, aunque el camino no será fácil.

Desde la dirección provincial del PP gallego, se acusó a la izquierda de “cobardía política” y se reivindicó el paso dado por Piñeiro como un acto de responsabilidad ante una situación de parálisis institucional. Con su incorporación, el PPdeG suma ya 30 alcaldesas en Galicia, reforzando su presencia especialmente en la provincia de A Coruña.

En todo caso, y pese a contar con una nueva alcaldesa, el futuro de Cambre vuelve a estar en el aire. La propia Piñeiro habla de su mandato como una “transición” hacia las próximas elecciones. Hasta entonces quedan nada menos que dos años en los que deberá lidiar con una corporación dividida y una maquinaria municipal con serios problemas financieros.

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