Un hombre ha sido sentenciado a quince años de prisión por la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, tras ser hallado culpable de un delito continuado de agresión sexual. El juicio, celebrado el pasado 7 de abril, reveló que el acusado abusó durante años del hijo menor de edad de su entonces pareja.
El tribunal ha determinado que el acusado, quien mantuvo una relación sentimental con la madre del menor entre 2002 y 2018, se aprovechó de la convivencia para perpetrar agresiones sexuales de manera reiterada contra el niño. Estos abusos comenzaron cuando la víctima tenía tan solo nueve años y se extendieron hasta que cumplió los 17.
Los actos de violencia sexual incluyeron tocamientos, penetraciones, felaciones y otros abusos. Además, el agresor amenazaba al menor para silenciarlo.
La declaración de la víctima, quien testificó por videoconferencia debido al temor que le infunde el acusado, fue considerada una prueba fundamental por la Audiencia, que no encontró motivos para dudar de su veracidad. Este testimonio fue respaldado por otros testigos, incluyendo la expareja de la víctima, quien escuchó su relato de los abusos, la madre y el hermano. Este último reveló durante el juicio haber sido también víctima de abusos por parte del mismo acusado en una ocasión.
Otras pruebas incriminatorias mencionadas por el tribunal incluyen una conversación de WhatsApp entre madre e hijo, calificada de «sobrecogedora y reveladora», que evidenciaba los abusos y las amenazas. Se sumaron a estas pruebas los testimonios de la psicóloga que ha tratado a la víctima durante años y de las forenses, quienes diagnosticaron en el denunciante un trastorno de estrés postraumático compatible con los abusos sufridos.
La Audiencia destacó la coherencia y persistencia del testimonio de la víctima, sin encontrar contradicciones significativas. A pesar de la negación rotunda de los hechos por parte del acusado durante el juicio, el tribunal no alberga «ninguna duda» sobre la veracidad de lo probado.
En consecuencia, se ha impuesto al acusado una pena de quince años de cárcel, así como la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante 25 años. También se le ha privado de la patria potestad de su hijo menor durante 10 años y se le ha inhabilitado para trabajar en profesiones o actividades que involucren el trato con menores.
Adicionalmente, el hombre deberá cumplir diez años de libertad vigilada tras su excarcelación y someterse a un programa de educación sexual. En concepto de responsabilidad civil, se ha fijado una indemnización de 35.000 euros para la víctima.
Investigación adicional por otro abuso revelado en el juicio
A raíz de la declaración del hermano de la víctima, quien afirmó durante el juicio haber sido también abusado sexualmente por el acusado, la Audiencia ha emitido una providencia para remitir su testimonio a la Fiscalía para que se lleven a cabo las investigaciones pertinentes.
El hermano testificó que su hermano le había contado los abusos, pero que él intentó disuadirlo de denunciar para evitar «daño» a la familia. Sin embargo, durante la vista oral, reconoció que el acusado también había abusado de él cuando tenía entre doce y catorce años.
«Lo estuve pensando mucho, y decidí esperar a este juicio para contarlo, es la primera vez que lo digo», declaró ante el tribunal, relatando tocamientos e intentos de masturbación por parte del acusado bajo la excusa de revisar una posible fimosis. El testigo expresó su «arrepentimiento» por no haber apoyado a su hermano «desde el primer momento» y lamentó no haber denunciado los hechos cuando sucedieron.