Este domingo, centenares de personas se congregaron a orillas del río Ulla para manifestarse contra la planta de celulosa que la multinacional portuguesa Altri pretende construir en Palas de Rei, así como contra la posible reapertura de la mina de Touro. Los manifestantes consideran que ambos proyectos representan una grave amenaza para el medio ambiente gallego y han calificado al Ulla como la “arteria principal de Galicia que quieren envenenar”.
La jornada comenzó con un descenso simbólico por el último tramo del río Ulla, cercano a su desembocadura en la ría de Arousa. Decenas de embarcaciones de ráfting y piraguas participaron en esta acción reivindicativa, denunciando los posibles impactos que estas iniciativas industriales tendrían sobre los ecosistemas fluviales y la calidad del agua.
Durante la concentración, Pilar Naveira, presidenta de la Plataforma Ulloa Viva, declaró que el rechazo al proyecto de Altri sigue creciendo entre colectivos, organizaciones, instituciones y la ciudadanía gallega. «Vamos a conseguir que quienes apoyan esta macrocelulosa se queden solos frente al evidente rechazo del pueblo gallego», afirmó.
Naveira también criticó duramente que, en plena crisis climática y de biodiversidad, «se pretenda regalar un río como el Ulla a una empresa privada». Cuestionó además la intención del Gobierno gallego de presentar la chimenea de 75 metros de la planta como un símbolo emblemático: “Solo falta que digan que competirá con la Catedral de Santiago como atractivo turístico. Este ‘greenwashing’ llevado al extremo es absurdo. ¿Qué será lo siguiente? ¿Pintar de verde los casi 9.000 kilos de gases contaminantes que emitiría cada día?”.
La protesta, acompañada de cánticos como «Altri Non» y «Altri mata, a mina remata», reunió a cientos de personas que exigieron protección para el agua y la tierra frente a lo que califican como una amenaza doble: dos proyectos situados a escasa distancia entre sí, con efectos contaminantes sinérgicos sobre el aire, el agua y el suelo, además de un consumo hídrico excesivo.
Greenpeace recordó en un comunicado que el recorrido fluvial de la protesta transcurrió íntegramente por el sistema Ulla-Deza, parte de la Rede Natura 2000 como zona de especial conservación. Este espacio natural de más de 1.600 hectáreas alberga una red hidrográfica valiosa, frontera entre A Coruña y Pontevedra, donde habitan especies protegidas como la lamprea, el salmón atlántico, la nutria, el desmán de los Pirineos y la salamandra rabilarga, endémica de la región.
Al término del descenso, se leyó un manifiesto frente a una multitud que aguardaba la llegada de las embarcaciones. En él, se exigió la cancelación definitiva tanto del proyecto de Altri como del de la mina de Touro. Julia Barbosa, de la Plataforma Mina Touro-O Pino Non, recordó que la Xunta ya había rechazado este último hace años: «No tiene sentido que ahora se tramite o se declare de interés estratégico. Pedimos coherencia, aunque sabemos que eso no abunda».

Por su parte, Alfredo Otero, representante de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), alertó sobre la delicada situación que atraviesa la ría. “El Ulla es una cinta transportadora de vida y biodiversidad que alimenta nuestras rías y bancos marisqueros. En lugar de protegerla, la Xunta promueve proyectos que agravan la situación”, lamentó.
La movilización fue organizada por múltiples colectivos ecologistas y sociales, entre ellos la PDRA, Ulloa Viva, Mina Touro-O Pino Non, Adega, Greenpeace, Ecoloxistas en Acción, Sociedade Galega de Historia Natural, Baixo Ulla Vivo y Caiac Extremo Galiza, con el apoyo de los ayuntamientos de Padrón y Pontecesures.
Los convocantes aprovecharon la ocasión para invitar a la ciudadanía gallega a participar masivamente en la tradicional marcha contra las celulosas, que se celebrará el próximo 1 de junio a las 12:00 horas en Pontevedra, bajo el lema «nin Ence na ría, nin Altri na Ulloa».