El proyecto industrial que la multinacional portuguesa Altri pretende levantar en Palas de Rei (Lugo) encaja un nuevo contratiempo. El Ejecutivo central ha decidido no autorizar la construcción de una subestación eléctrica ni el permiso de acceso y conexión a la red de transporte que la factoría precisa para garantizar el suministro de 220 kilovoltios. Sin estos trámites, la iniciativa queda en el aire, ya que la Xunta había supeditado su viabilidad a la obtención de dichos enganches.
El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, avanzó este lunes en Santiago que el proyecto quedará fuera de la planificación eléctrica 2025-2030, al no cumplir los criterios socioeconómicos y medioambientales exigidos. Se trataría, recordó, del “tercer no” del Gobierno a la empresa, después de la negativa a conceder fondos del PERTE de descarbonización y a las ayudas extraordinarias de 250 millones de euros solicitadas.
El martes está prevista una reunión entre representantes del Ministerio para la Transición Ecológica y la Xunta para trasladar oficialmente la decisión. Desde la administración central se ha reiterado que se dará prioridad a aquellas propuestas que aporten mayor valor al sistema eléctrico, entre las que no figura la de Altri.
Reacciones
La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, celebró la negativa por considerar que el proyecto supondría “una hipoteca para el futuro de Galicia” y “una bomba ambiental en el corazón del país”. Pontón insistió en la necesidad de “un monte ordenado y multifuncional” frente a nuevas plantaciones de eucalipto asociadas a este tipo de industrias.
También se han pronunciado los representantes de las principales plataformas vecinales contrarias a la planta. El presidente de Ulloa Viva, Juan Pedro Sánchez, calificó la decisión como “un paso imprescindible para frenar un proyecto que nunca contó con el respaldo de la comarca”, al tiempo que pidió a las administraciones “seguir velando por un desarrollo sostenible y respetuoso con el entorno”.
Por su parte, Xaquín Rubido, presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), destacó que la negativa “demuestra que la presión social y la defensa del medio ambiente dan resultados” y animó a “mantener la vigilancia ante cualquier intento de reactivar la macrocelulosa por otras vías”.