El patronato de la Fundación Refuxio de Bando acordó la semana pasada aplicar la eutanasia a tres perros clasificados como potencialmente peligrosos: Gosu, Krenchy y Kayser. La decisión se produce después de que, según ha trascendido, uno de los animales atacara recientemente a un trabajador del centro, lo que habría influido en la resolución.
Junto a esta medida, el patronato aprobó también una modificación en el protocolo de eutanasia, que simplifica el procedimiento anterior. A partir de ahora, bastará con un informe veterinario y la autorización de la dirección del refugio, eliminando otros pasos de revisión o supervisión que anteriormente formaban parte del proceso.
La decisión ha generado una fuerte reacción por parte de colectivos de defensa animal, que han comenzado a movilizarse para evitar el sacrificio de los tres perros. Organizaciones como TAU Activismo Animal denuncian que los animales no son inherentemente peligrosos, sino que sus conductas responden a condiciones de vida inadecuadas dentro del refugio.
Ante la inminencia de la eutanasia, se ha lanzado un llamado urgente a protectoras y residencias caninas para que puedan acoger de forma temporal a Gosu, Krenchy y Kayser y proporcionarles acompañamiento profesional. Los colectivos animalistas insisten en que “en Bando no están seguros” y que merecen una segunda oportunidad fuera de ese entorno.