Después de varios años en los que la lluvia había impedido su celebración, Neda volvió a transformarse en el escenario de la ruta más terrorífica de la comarca. La puerta entre el mundo de los vivos y el de los muertos se abrió antes del 31 de octubre, y durante la tarde-noche, las ánimas —algunas de ellas maléficas— recorrieron la céntrica rúa Real, sorprendiendo y asustando a pequeños y mayores que se atrevieron a salir a su encuentro.
Un total de 255 personas se inscribieron para participar en esta experiencia en el casco histórico, una propuesta organizada por el Concello de Neda con motivo de la celebración del Samaín. Mientras tanto, en el patio del CEIP San Isidro, los vecinos y vecinas disfrutaron del tradicional magosto, degustando castañas asadas y boliños preñados en un ambiente festivo que combinó tradición, convivencia y diversión.


