El aval de Europa no desbloquea el eólico en Galicia: el TSXG mantiene paralizados 86 parques y frena nuevas inversiones

Están bloqueados más de 2.500 MW de potencia renovable que suponen unos 6.300 millones de euros en inversiones comprometidas. Son proyectos tramitados y aprobados por la Xunta de Galicia, que cuentan con declaración ambiental favorable
Eólicos

Primero fue el embudo administrativo, luego la judicialización masiva. Hoy, cinco años después del inicio del bloqueo eólico en Galicia, más de 90 parques siguen paralizados. Y eso, pese a que tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal de Justicia de la Unión Europea han avalado su tramitación. La energía renovable, declarada de interés público superior por la UE, permanece paralizada por la sección tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), cuyas medidas cautelares siguen en pie. No hay fecha para que caigan.

Los datos del sector son contundentes. Están bloqueados más de 2.500 MW de potencia renovable que suponen unos 6.300 millones de euros en inversiones comprometidas. Son proyectos tramitados y aprobados por la Xunta de Galicia, que cuentan con declaración ambiental favorable. Sin embargo, no pueden ejecutarse. La situación afecta directamente a empresas electrointensivas que quieren instalarse en Galicia o ampliar su capacidad, como varias que han mostrado interés en As Pontes, y que dependen de acuerdos de compra de energía (PPA) con estos nuevos parques.

La Asociación Eólica de Galicia (EGA) resume el malestar del sector: «Estamos ante una moratoria judicial. Pensábamos que las sentencias del Supremo y de Europa desbloquearían los proyectos eólicos. Pero la realidad es que estamos vuelta a empezar una y otra vez. Atrapados en la maraña, estamos perplejos e inmovilizados. Las consecuencias son muy graves».

El TSXG desafía la jurisprudencia

La última sentencia del TSXG, sobre el parque A Ruña III, volvió a tumbar el proyecto argumentando que su tramitación debía haberse hecho conjuntamente con la línea de evacuación, aunque esta ya estaba en funcionamiento. Para EGA, es un caso de exceso interpretativo: «Es como si quisiéramos hacer un nuevo acceso a la autopista AP-9 y tuviésemos que solicitar una declaración ambiental también para toda la infraestructura existente desde hace años. Hemos llegado al colmo del paroxismo».

El tribunal gallego también ha señalado supuestos impactos ambientales basándose en informes que, según la propia sentencia, son «abstractos y genéricos». EGA denuncia que «la incertidumbre, la inseguridad y la zozobra jurídicas son tales que las empresas estamos atadas de pies y manos en Galicia. Y los grandes perjudicados somos todos, la propia sociedad gallega».

Huida industrial y retroceso económico

La parálisis tiene consecuencias graves. Según EGA, «cada año se dejan de crear 2.750 empleos y se dejan de invertir más de 6.300 millones de euros, así como la huida de empresas e industria auxiliar, con la consiguiente ruptura de la cadena de valor». Galicia, que en los años 90 lideró el desarrollo eólico en España, ha pasado a ser una comunidad estancada.

La asociación alerta también del deterioro del tejido industrial: «Galicia llegó a poseer la fábrica de palas más grande de Europa. Teníamos los mejores y más cualificados profesionales. Pero cada vez quedan menos, porque están trabajando en el extranjero. El sector agoniza en Galicia».

Oriol Sarmiento, gerente del Cluster Enerxías Renovables Galicia, coincide: «El sector lleva años atrapado en una inseguridad crónica». Y su presidente, José Ramón Franco, advierte que «Galicia fue pionera, pero hoy está fuera del circuito de capacidades importantes para dar soporte a nuevas implantaciones de parques eólicos». Sarmiento advierte de que las suspensiones cautelares impuestas por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) han puesto al sector “en punto muerto”: “resultado: un freno total al despliegue de nuevos proyectos

«La interpretación de la legislación no puede quedar al azar ni al arbitrio de cada órgano judicial», advierten desde la EGA. Por eso, el sector exige la transposición inmediata de la directiva europea que otorga a las renovables rango de interés público superior. Mientras eso no ocurra, Galicia seguirá perdiendo trenes industriales, retrocediendo en descarbonización y aumentando su dependencia energética del exterior.

El mensaje desde el sector es unánime: Galicia necesita seguridad jurídica, planificación y apoyo político para recuperar su papel en la transición energética.

Algunos de los parques paralizados

Una forma clara de entender la dimensión real del bloqueo es bajar del dato global —los 86 parques paralizados— a algunos casos concretos. Entre los proyectos de mayor potencia afectados por las suspensiones del TSXG se encuentran iniciativas promovidas por algunas de las principales compañías del sector energético en España y en Europa.

En la provincia de Ourense, uno de los ejemplos más destacados es Fial das Corzas, un parque de 41,6 megavatios impulsado por Iberdrola que se extiende por los concellos de Laza y Vilar de Barrio. En esa misma provincia, pero con afección también en Lugo, figuran otros dos macroproyectos como Ventumelo, de 50 megavatios y promovido por Wind Hero, en A Pobra de Trives, San Xoán de Río y Ribas de Sil, y Treboada, otros 50 megavatios de la empresa Wind Grower, que se despliega por San Xoán de Río, Castro Caldelas, Chandrexa de Queixa, A Pobra de Trives y también Ribas de Sil.

Lugo concentra una parte muy relevante de la potencia eólica hoy paralizada. Allí se sitúan parques como Reboiro, de 49,5 megavatios, promovido por Green Capital Power en Baralla, Castroverde y O Corgo; Picato, 46,2 megavatios, de Naturgy, en Lugo y Guntín; Serra de Liñares, de 48 megavatios, de AV Serra de Liñares, entre A Fonsagrada y Negueira de Muñiz; o Restelo, de 40,5 megavatios, impulsado por Greenalia Wind Power y con aerogeneradores previstos en A Fonsagrada, Baleira, Becerreá y Navia de Suarna. También en Becerreá está el proyecto Chao do Marco, de 48 megavatios, promovido por Enel Green Power España.

En la provincia de Pontevedra destacan proyectos como Paraño Oeste, con 49,7 megavatios, de Eólica Galenova, que afecta a Forcarei y también a Beariz, ya en Ourense, o Monte Festeiros, un parque de 48 megavatios promovido por AV Monte Festeiros en los concellos de Forcarei y Silleda. A ellos se suman Maxal, de 40,5 megavatios, de Galenergy, con localización en Rodeiro, Antas de Ulla y Taboada, y Estivada, de 36 megavatios, impulsado por Green Capital Power entre Agolada y Antas de Ulla.

En A Coruña, la lista incluye proyectos como Campelo, con 40,5 megavatios, promovido por Greenalia y situado entre Coristanco y Santa Comba; Coto Loureiro, con 49,5 megavatios, de Adelanta Corporación, en A Laracha y Cerceda; Bustelo, de 36 megavatios, de EDP Renovables, en Coristanco y Carballo; Troitomil, de 30 megavatios, de Green Capital Power, en A Baña y Negreira; o el parque Gato, de 25,2 megavatios, de Greenalia Wind Power, en Aranga, Coirós y Oza-Cesuras.

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