La planificación hidrológica para el período 2028-2033 constata que una parte significativa del rural gallego continúa sin acceso a sistemas eficaces de saneamiento y abastecimiento de agua, una situación que la propia Administración asume como estructural y directamente vinculada al modelo de dispersión poblacional. Así lo recoge el Esquema provisional de temas importantes de la demarcación hidrográfica Galicia-Costa 2028-2033, un documento técnico elaborado por Augas de Galicia y actualmente en fase de consulta pública.
El documento cifra en más de 580.000 personas la población que consume agua a través de soluciones autónomas, como pozos, manantiales privados o pequeñas redes vecinales, lo que representa el 23 % de la población total de Galicia. Augas de Galicia advierte de que la seguridad de estos abastecimientos está comprometida por la falta de controles sistemáticos, la escasa dotación de recursos técnicos y financieros y, en determinados casos, por la calidad natural del agua subterránea, que puede presentar concentraciones de metales asociadas a la geología del territorio y dificultar su uso para consumo humano sin tratamiento previo.
En materia de saneamiento, el diagnóstico resulta aún más contundente. El documento hidrológico señala que en el 50 % de los municipios gallegos al menos el 16,3 % de la población no está conectada a un sistema municipal de saneamiento. Esta media esconde situaciones extremas en varios concellos de la demarcación Galicia-Costa, donde más del 90 % de la población carece de conexión a la red pública. Es el caso de Monfero, donde el porcentaje alcanza el 97,7 %, Ourol, con un 96,1 %, y Mesía, con un 93,4 %, según los datos recogidos en el diagnóstico del Plan de Saneamento de Galicia incorporado al documento de Augas de Galicia.
Esta realidad obliga a miles de viviendas a recurrir a fosas sépticas particulares u otros sistemas individuales, una situación que la propia Administración reconoce como un foco de vertidos continuos al terreno y una presión directa sobre la calidad de ríos, acuíferos y ecosistemas asociados, especialmente en cuencas pequeñas y zonas de cabecera. El documento atribuye este problema al modelo territorial gallego, caracterizado por una elevada dispersión de núcleos de población que provoca la atomización de los puntos de vertido y de captación y dificulta la implantación de redes convencionales de saneamiento.
Según Augas de Galicia, las poblaciones rurales dependen así de pequeños sistemas con escasa resiliencia, mientras que las grandes áreas urbanas disponen de infraestructuras interconectadas y recursos alternativos, lo que genera desigualdades territoriales en el acceso a servicios básicos de agua y saneamiento.
Cientos de millones sin ejecutar
El análisis reconoce además que los problemas de saneamiento y depuración no se limitan al ámbito rural. En el conjunto de la demarcación Galicia-Costa persisten deficiencias en las redes de saneamiento urbano, derivadas de sistemas muy extensos, con numerosos bombeos, una elevada pluviometría y una gobernanza que el propio documento califica como deficiente, especialmente por la ausencia de planificación de inversiones en muchos concellos.
En este contexto, el propio documento de Augas de Galicia aporta cifras que permiten dimensionar el reto pendiente. Durante el ciclo hidrológico 2021-2027, las principales líneas de actuación en materia de saneamiento y depuración en la demarcación Galicia-Costa sumaron más de 832 millones de euros, una cantidad destinada tanto a la mejora de infraestructuras como a la explotación de los sistemas existentes. Sin embargo, a diciembre de 2023 solo se habían ejecutado alrededor de 147 millones de euros, lo que supone menos del 18 % del total previsto y pone de relieve el desfase entre la planificación y la ejecución efectiva de las inversiones.
El documento detalla que la mayor parte de esos fondos estaban destinados a la explotación de los sistemas de saneamiento y depuración, con cerca de 480 millones de euros, mientras que las actuaciones de mejora directa de infraestructuras superaban los 316 millones. A estas cifras se suman inversiones impulsadas por la Administración General del Estado en grandes actuaciones de saneamiento, algunas de las cuales presentan todavía un grado de ejecución muy limitado en relación con los importes comprometidos.
Inversiones futuras
De cara al próximo ciclo, Augas de Galicia advierte de que el esfuerzo inversor deberá incrementarse y reorientarse, ya que la entrada en vigor de la nueva Directiva europea de tratamiento de aguas residuales urbanas obligará a modernizar y adaptar numerosas estaciones depuradoras, incorporar tratamientos avanzados para la eliminación de microcontaminantes y reforzar el control de vertidos industriales. El propio documento reconoce que muchas infraestructuras actuales no están diseñadas para cumplir los nuevos estándares, lo que anticipa la necesidad de nuevas inversiones de calado.
De cara al período 2028-2033, la Administración asume que, incluso aplicando las medidas actualmente en vigor, es muy probable que el saneamiento y el abastecimiento en el rural disperso sigan sin abordarse de forma plenamente eficaz, debido a la complejidad técnica, económica y territorial del problema. Por ello, el documento plantea reforzar el apoyo a los municipios, impulsar planes de saneamiento autónomo, fomentar soluciones descentralizadas y avanzar en la mancomunación de servicios, aunque sin concretar todavía un calendario ni una dotación presupuestaria cerrada para el nuevo ciclo hidrológico.

