El pleno extraordinario celebrado este martes en la Deputación de Lugo ratificó la renuncia de José Tomé Roca como presidente provincial, un paso que se oficializa tras la denuncia por presunto acoso sexual presentada contra él a través del canal interno del PSOE. Tomé, que niega los hechos, continuará como diputado no adscrito y como alcalde de Monforte de Lemos, ya fuera del PSOE.
En una intervención de apenas cinco minutos, visiblemente emocionado y con la voz entrecortada, el ya expresidente reiteró su versión: “Son inocente. A presunta denuncia é falsa. Non pararei ata descubrir o que hai detrás”. Tomé calificó el caso como una operación de “cuestións políticas supraprovinciais” y sostuvo que no era “nin o único, nin o principal obxectivo”.
A pesar de la brevedad del discurso, aprovechó para defender su gestión durante los seis anos e medio al frente de la Deputación, que describió como “unha honra” y un período de “traballo exemplar” en coalición con el BNG. Agradeció a trabajadores, asesores, compañeros de gobierno y medios de comunicación, a quienes pidió “humildade para que, cando se demostre a miña inocencia, se recoñeza con rigor informativo”.
“O dano persoal, político, familiar e social xa está feito”, reconoció. También pidió disculpas si en algún momento alguien se sintió ofendido durante su mandato, antes de cerrar con tres afirmaciones: “Son inocente. A denuncia é falsa. Non pararei ata descubrir que hai detrás”.
Efrén Castro asume la presidencia provisional
Tras la dimisión, el hasta ahora vicepresidente, Efrén Castro (BNG), asumió la presidencia de forma provisional. La sesión plenaria tuvo una duración breve y se celebró con la ausencia de los tres diputados del BNG, que decidieron no participar como muestra de rechazo. “Non imos participar en ningún organismo no que estea Tomé”, justificó Castro, quien también anunció que su grupo apoyará la moción de reprobación impulsada por el PP.
Poco después, Castro presidió el pleno ordinario que siguió al extraordinario, ya como presidente en funciones. Tomé ocupó su nuevo asiento como diputado no adscrito y votó alineado con sus antiguos compañeros del PSOE y el BNG, pero evitó intervenir.
Protestas feministas y presión política
La situación institucional ha estado marcada por la presión de colectivos feministas y la creciente distancia de su antiguo partido. El lunes por la tarde, la Marcha Mundial das Mulleres y otros colectivos protagonizaron una concentración ante el Ayuntamiento de Monforte para reclamar la dimisión completa de Tomé, quien aún conserva la alcaldía. Bajo lemas como “Tomé dimite, o feminismo non te admite”, exigieron responsabilidades políticas y criticaron la falta de autocrítica.
Desde el PSOE, su número dos en la Deputación, Pilar García Porto, defendió que el partido actuó con “contundencia e rapidez” tras conocer el caso. Aclaró que la denuncia fue conocida a través del canal de protección del partido y que desde entonces Tomé fue apartado de sus cargos orgánicos.
El Partido Popular pidió que se desvincule completamente de las instituciones. Su portavoz, Antonio Ameijide, consideró que “é un día histórico, pero por desgraza” y criticó que Tomé conserve su acta: “Parece que se quere ir pero non de todo, pretende seguir controlando a Deputación dende a sombra”. Además, acusó a García Porto de haber encubierto el caso durante meses.
Con la renuncia de José Tomé y la presidencia interina de Efrén Castro, la Deputación de Lugo se dirige ahora hacia una sesión clave: el 14 de enero de 2026 se celebrará el pleno en el que se elegirá a la persona que asumirá el liderazgo institucional. El nombre del sucesor o sucesora todavía no ha sido anunciado.
Mientras tanto, el caso de Tomé continúa generando impacto político más allá del ámbito provincial. La dirección estatal del PSOE, a través de la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, insistió esta semana en que “non se senten representados” por él y reclamó la entrega de todas sus actas por “obrigación ética”.
