En el corazón del barrio de Canido hay una parcela dedicada a la cooperación, la ecología y la agricultura. Se trata de un huerto urbano promovido por la Asociación de Vecinos de Canido, en el que varias entidades, con miembros de diversos países, cultivan sus propios alimentos.
Este proyecto nació en 2020, “se fue gestando durante el confinamiento, aunque llevaba rondando en la cabeza mucho tiempo”, explica Roberto Taboada, presidente de la Asociación de Vecinos de Canido. En ese año, la asociación consiguió “la complicidad de otras entidades, porque además siempre que iniciamos un proyecto nos gusta tener la complicidad de otras asociaciones del barrio”, puntualiza.
Por tanto, a este proyecto se sumaron Cáritas, de la parroquia de Santa Cruz; la Asociación Española contra el Cáncer, el colegio San Rosendo y las asociaciones de voluntariado Xeración y Movilidad Humana. Respecto al terreno, Roberto señala que tuvieron suerte “ya que la constructora propietaria de la parcela fue receptiva con el proyecto y cedieron en precario su uso, porque no piensan desarrollar ahí ninguna construcción en tiempo”.
Los materiales llegaron gracias a “una pequeña subvención del Concello”. A ello se sumó el asesoramiento de una técnica en agricultura y paisajismo, “quien nos dio la solución de utilizar bancales en vez de plantar directamente, ya que el sustrato no era de calidad”, señala Roberto.
Desde hace varios meses, los miembros de estas cinco entidades, junto a los de la asociación de vecinos, se reúnen cada martes para recibir una tutorización por parte de la técnica, para aprender los principios básicos de un huerto. Según Roberto, “hay martes que parece la ONU“, ya que sobre todo las asociaciones Movilidad y Xeración agrupan a personas extranjeras. Por ello, en este huerto se mezclan todo tipo de países: Lituania, México, Ecuador, Chile…
Esta diversidad enlaza, según el presidente de la asociación de vecinos, con el alma de un “barrio multicultural y de acogimiento”. Destaca además que cada organización tiene un objetivo distinto. “Para el colegio es pedagógico, Cáritas quiere darle productos frescos a gente con escasos recursos, Xeración tiene un objetivo medioambiental y la Asociación Española contra el Cáncer quiere fomentar la alimentación saludable”, puntualiza.
En el caso de la Asociación de Vecinos, “crear comunidad, gestionar grupos de trabajo y crear vínculos entre las distintas entidades” son los objetivos primordiales. Además, tienen pensado completar el espacio con mesas de picnic y bancos, “para combinar trabajar y convivir”, señala Roberto.
Aguacates, pimientos, calabaza, lechugas, remolacha o plantas aromáticas son algunos de los productos que ya se están sementando en el huerto. El trabajo aquí es colectivo, “nadie trabaja para nadie, todos trabajamos para todos”, señala Roberto. Por tanto, cada entidad es responsable de las herramientas y de mantener limpio el lugar.
Aunque están esperando a la cantidad de productos que puedan recoger, Roberto ya señala algunos de los usos que les darán a las hortalizas. La Asociación Española contra el Cáncer planea “un showcooking con estos productos y también pensamos en un mercado de productos ecológicos, cuya recaudación se reinvertiría en productos para la huerta”. Otra opción, liderada por Cáritas, es donar “los alimentos frescos para personas con menos recursos“, señala.
Por el momento todos los bancales individuales están ocupados, “pero no se descarta que si hay demanda podamos ampliar los bancales“, indica Roberto. Por lo que para participar, los interesados deben ponerse en contacto con la Asociación de Vecinos de Canido o con alguna de las entidades implicadas. “Siempre pensamos que es mucho mejor tener unos bancales con contenido que unas silveiras llenas de basura o roedores”, recuerda Roberto.
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