El Ayuntamiento de Ferrol ha finalizado los tres proyectos de rehabilitación que en las últimas semanas llevó a cabo en el Castillo de San Felipe y que motivaron su cierre en el último mes: la rehabilitación de la torre del siglo XIX de la batería baja, la eliminación de elementos descontextualizados y no originales y el acondicionamiento de una recepción en el acceso a la fortaleza.
La concejal de Patrimonio Histórico, Eva Martínez Montero, acudió el pasado viernes al castillo para comprobar el resultado de las intervenciones que se desarrollaron en distintos puntos del fortaleza y recordó que el Ayuntamiento tiene previstas más inversiones, como es el caso del proyecto presentado y preaprobado en el marco del 1,5% Cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana centrado en la eliminación de las humedades del castillo, su principal problema estructural, con un importe que supera el medio millón de euros.
La edil explicó que nos últimos dos años el gobierno local invirtió en el castillo alrededor de 150.000 euros a través del proyecto MMIAH, un plan europeo liderazgo por la ciudad de Ferrol e integrado por otras ocho ciudades —Cádiz, Ílhavo (Portugal), Plymouth y Liverpool (Inglaterra), Caen y La Rochelle (Francia), Limerick y Cork (Irlanda)— que busca poner en valor el litoral urbano del espacio atlántico a través de la recuperación de bienes en desuso asociados al patrimonio militar, marítimo e industrial de las ciudades costeras, facilitar su uso social y generar actividades de valor añadido con el fin de promover el turismo cultural.
Sin elementos descontextualizados
En el marco del proyecto MMIAH, el Ayuntamiento viene de finalizar las obras de rehabilitación de la torre del siglo XIX de la batería baja (Bien de Interés Cultural), que incluyó su adaptación y acondicionamiento para uno nuevo uso expositivo así como el diseño del contenido de las dos exposiciones que abrirán al público a lo largo de esta semana.
La planta alta de la torre acogerá la muestra «La evolución de las defensas de la ría» en el período comprendido entre los siglos XVIII y XX y la baja a exposición «Evolución del Castillo de San Felipe», ambas permanentes. También se colocó una gran cristalera que proporciona «unas vistas inmejorables», apuntó la edil.
El segundo proyecto desarrollado estos días atrás es el de eliminación de elementos descontextualizados y no originales que se fueron añadiendo con el paso de los años debido a su uso militar y que generaban una afición negativa sobre el monumento, como ladrillo a la vista, alicatados de terrazo o de baldosa cerámica.
Los trabajos incluyeron también una intervención sobre los aseos públicos de la fortaleza, que mejoraron su aspecto y funcionalidad y se los convirtieron en accesibles. Este proyecto contempló también una obra de conservación y mantenimiento de la cubierta de la sala de Cureñas y de los cuerpos de guardia situados en el acceso principal. El Ayuntamiento también mejoró la señalización interior.
Nuevo espacio para recibir al visitante
A estos dos proyectos se suma un tercero que el Ayuntamiento finalizó hace unos días, el acondicionamiento de una recepción al público en el acceso al castillo. Se instaló un mostrador de recepción rotulado y fabricado en madera hidrófuga y metacrilato adaptado a las personas con movilidad reducida.
Tiene una unidad de electricidad con focos led de estilo retro para controlar la iluminación del área de recepción y crear una atmósfera cálida, estantes para guardar material turístico, como folletos y publicaciones, y medios audiovisuales para proyectar de forma continua contenidos e imágenes sobre el castillo.
La voluntad del gobierno local «con el impulso que estamos dando la una de nuestras mejores joyas de nuestro patrimonio», explicó Martínez Montero, «es poner a punto la fortaleza para que esté en las mejores condiciones de cara a el aumento de las visitas que me los va a registrar en la ciudad en los próximos meses».