La central térmica de Endesa en As Pontes podría volver a quemar carbón en las próximas semanas. No se trataría de una vuelta atrás en su decisión de cerrar definitivamente las instalaciones, sino de una solución de urgencia adoptada por el actual contexto energético.
Por un lado, la pasada semana se conoció que Argelia ha cortado a Marruecos el suministro de gas natural mediante la ruta del Magreb. Esto afecta directamente a España, que en los últimos 25 años ha recibido la mayor parte del gas mediante este gaseoducto. A pesar de que el suministro a España está garantizado a través de Medgaz, el gasoducto que conecta directamente el país de origen con la costa de Almería —gestionado por Naturgy y la argelina Sonatrach—, podría no ser suficiente para satisfacer la demanda energética del país.
Por otro, los sindicatos aseguran que volver a poner en marcha la central térmica de As Pontes no abarataría el precio de la luz. El precio de los derechos de emisión de CO2 de la Unión Europea han superado los 65 euros, 40 euros más que cuando Endesa anunció que dejaría de usar este combustible, por lo que se encarece la generación de electricidad para las centrales de carbón locales.
La filial de Enel, que no ha confirmado oficialmente esta compra de carbón, se ha limitado a indicar que «está analizando diversas opciones para atender los requerimientos del operador del sistema en caso de un invierno extremadamente crudo o de alteraciones en el mercado internacional del gas». Sin embargo, tanto trabajadores de la central pontesa como fuentes sindicales han confirmado a Enfoques.gal que la adquisición del material se cerró el pasado 30 de septiembre.
Aseguran que actualmente hay un barco en camino con 60.000 toneladas de carbón, que llegaría al puerto de Caneliñas a partir del día 15 de este mes. Y, al menos, otro carguero más que llegaría entre el 1 y el 10 de noviembre. Como referencia, cuando la planta estaba en funcionamiento, los cargueros solían traer al puerto exterior unas 160.000 toneladas, que se renovaban casi semanalmente.
Según estas mismas fuentes —de las que se desmarca la compañía—, la previsión es poner en marcha uno de los cuatro grupos electrógenos con los que cuenta la planta. Cada uno de ellos consume unas 4.000 toneladas diarias de carbón, por lo que el primer cargamento apenas cubriría la demanda de dos semanas.
Además de los cambios que supondrá retomar esta actividad dentro la planta, también los transportistas y las compañías auxiliares se beneficiarán de esta situación temporal. Según el presidente de la Asociación de Transportistas del Carbón de As Pontes (ATCAP), ‘Cholo’ Bouza, de los 140 camiones que operaban antes para llevar el carbón del puerto exterior de Ferrol a la planta pontesa, se usarían alrededor de 20 para este nuevo pedido. Además, el delegado de CIG-Industria, Alberte Amado, aseguró que desconocen qué afectación laboral tendría esta vuelta temporal al carbón. «Lo único que sabemos es que internamente ya se están preparando para arrancar alguno de los grupos».
La central de As Pontes sigue operativa y a disposición del Ministerio de Transición Ecológica y del operador del sistema, Red Eléctrica, en tanto la compañía no reciba la confirmación administrativa de su cierre, algo que no prevé hasta finales de este año o principios del próximo. Esta central tuvo que quemar carbón el pasado mes de enero para atender las necesidades energéticas provocadas en el país por la tormenta ‘Filomena’.
Se da la circunstancia de que el Gobierno y las empresas han puesto fecha de caducidad a esta tecnología en España por tratarse de un combustible fósil que emite CO2 a la atmósfera y la intención del Ejecutivo, con su Plan de Energía y Clima, es sustituirla por otras fuentes de generación no emisoras. Paradójicamente, la crisis motivada por los altos precios del gas puede llevar a que el Gobierno aproveche su capacidad hasta la fecha de su cierre.