Condenan a 25 años de prisión a un hombre por violar a su pareja y obligarla a prostituirse en Lugo

El procesado obligó a su pareja a ejercer la prostitución durante más de quince días en las inmediaciones de la iglesia de Lugo
Imagen de archivo de un juez
Imagen de archivo de un juez

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo ha condenado a un hombre a 25 años y tres meses de prisión por violar, maltratar a su pareja y obligarla a prostituirse mediante amenazas y coacciones. El acusado, que estuvo en prisión por delitos de lesiones, amenazas, tenencia y porte de armas y otros en el ámbito de violencia de género, mantuvo una relación sentimental con convivencia intermitente con la víctima durante cerca de seis años.

A su salida de la cárcel a finales de abril de 2019, se puso en contacto con la víctima a través de las redes sociales para requerirle que acudiese al municipio de Lugo, amenazándola con ir a buscarla y con destrozarle la cara. Ella, que entonces se encontraba en Monforte de Lemos, accedió a la petición ante las presiones del acusado y ambos reanudaron la convivencia en un hostal situado en la Ronda de la Muralla y en una casa abandonada en las inmediaciones de un supermercado.

El procesado obligó a su pareja a ejercer la prostitución hasta el 15 de mayo, explotación que se llevaba a cabo en las inmediaciones de la iglesia de Lugo. Además, el acusado la vigilaba desde la propia muralla o encargaba esta tarea a una persono. Durante este tiempo, el procesado obligó a la mujer a mantener relaciones sexuales diarias, insultándola, amedrentándola y amenazando con agredirla y matarla.

El día 15 de mayo sobre las 19:30 y tras haber mantenido una discusión por teléfono, el hombre se acercó hasta el lugar donde ella ejercía la prostitución para pedirle que le acompañase. Tras introducirse en un callejón comenzó a golpearla, tirándola al suelo, asestándole puñetazos y patadas, al tiempo que le decía que le iba a desfigurar la cara. Sin embargo, el acusado cesó en sus acciones al aparecer dos jóvenes por ese lugar y emprendió entonces la huida a la carrera.

Explotación y amenazas

El tribunal lo ha considerado autor de delitos de explotación sexual, amenazas condicionales, agresión sexual continuada y maltrato habitual en el ámbito familiar. Además de la pena de prisión, le ha impuesto la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 36 años, otros once años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas y 13 de libertad vigilada.

Los magistrados también han condenado a un año de prisión a otro acusado, pues han considerado probado que ambos, uno como autor directo y el otro como cómplice, obligaban a mantenerse en la prostitución a la afectada. Además, su compañero sentimental le requisaba las ganancias que obtenía.

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