Sabela y Olaia Maneiro y Aida Tarrío han conquistado al público de la primera semifinal del Benidorm Fest, consiguiendo 93 puntos con Terra y homenajeando el folklore gallego y las lenguas cooficiales en una mezcla perfecta de tradición y vanguardia. Junto a los bailadores de muiñeira Fran Sieira y Artur Puga y unos visuales al estilo de Baiuca, Tanxugueiras han defendido su candidatura en un gran directo, su mayor fuerte. El poco tiempo que han tenido para ensayar al llegar escalonadamente a la ciudad alicantina tras recuperarse de sus positivos de Covid-19, no les ha jugado una mala pasada. Sin embargo, la final de este sábado promete ser reñida.
Con una realización entre la sencillez y con personalidad, el trío ha sabido meterse a la audiencia al bolsillo promoviendo la diversidad lingüística española. Son mujeres bravas, luchadoras y orgullosas de sus raíces, que han reivindicado sus orígenes, el rural gallego, actualmente infravalorado y dejado por las administraciones. Primero desde una plataforma, y luego alrededor del escenario, las dos teenses y la ribeirense han invitado a los espectadores a participar de una típica foliada gallega con aturuxo incluido, sorprendiendo a los que esperaban ver en ellas un aquelarre con los estereotipos de siempre de la terriña.
«Estamos super emocionadas, esto es un paso enorme para las lenguas cooficiales», ha asegurado el trío conteniendo las lágrimas ante los periodistas. Tanxugueiras se han sincerado en la rueda de prensa posterior a la gala y, preguntadas por la baja puntuación recibida del jurado (cinco profesionales con 50 por ciento de decisión) y los abucheos que resonaron en el recinto tras su veredicto, han reconocido que «la cosa ha sido muy clara, se ha decantado por otro estilo musical». Rompiendo a llorar, igualmente han confirmado que «España ya está preparada para mandar una candidatura sobre su diversidad lingüística», por lo que aún podría haber partido este sábado, augurando un buen puesto si se mejoran planos para destacar más la presencia de las artistas en el escenario.
Cuatro finalistas
Además de las pandeireteiras, Chanel, Blanca Paloma y Varry Brava se han clasificado para la traca final de este fin de semana. La cubana Chanel con SloMo, que ha cerrado la semifinal, ha arrancado a todo el mundo a bailar convirtiéndose en la reina de la pista. Por su parte, la alicantina Blanca Paloma ha echado a volar con Secreto de agua y su elegante vestido de larga cola que, sin duda, ha sido el momento a flor de piel de la noche. También los alicantinos Varry Brava, que han abierto la jornada tras la retirada imprevista de Luna Ki, han invocado musicalmente a Raffaella, fallecida el pasado 5 de julio, con una propuesta «poppy» muy ovacionada en los ensayos.

Con Inés Hernand, Màxim Huerta y Alaska llevando el timón con algunos nervios pero bien compenetrados, el formato televisivo ha demostrado cumplir unas mínimas exigencias profesionalmente hablando, con una realización dinámica. Salvador Sobral ha sido el protagonista del intermedio, interpretando Fui ver meu amor de su último álbum BPM, una nueva aventura musical con el pianista nacido en Santiago de Compostela Abe Rábade. Además, el ganador de Eurovisión 2017 por Portugal ha aupado a sus vecinas de Galicia, explotando los termómetros de las redes sociales: «Viva as galegas», ha gritado orgulloso. En total, más de 1.000 personas han acudido a la cita, que continuará este jueves con la segunda semifinal, en la que se encuentra Rigoberta Bandini, la otra favorita y rival de Tanxugueiras.