Las obras de demolición del antiguo bar Siroco arrancaban ayer a la tarde noche en Valdoviño. Así, el edificio ruinoso situado en el acceso principal a la playa de la Frouxeira comenzaba a desaparecer del horizonte del arenal.
Tras unos primeros días en los que la empresa contratada por el Ayuntamiento realizaba tareas de retirada de elementos de fachadas y cubierta —especialmente planchas de uralita que requirieron de equipos especiales de eliminación de amianto— ayer a la tarde una pala de gran tonelaje comenzaba con una demolición que se prevé final entre hoy y mañana viernes.
Hasta la zona, se desplazaban el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, y el alcalde de Valdoviño, Alberto González, para seguir de cerca los trabajos y abordar la colaboración entre ambas administraciones en las tareas de regeneración del espacio que ocupaba el Siroco.
La intención del Ayuntamiento será ahora incorporar la parcela al sistema general viario, aprovechándola para mejorar la conexión peatonal entre las dos vías que confluyen en este punto, conectando así las aceras de aldea de A Lagoa y de la carretera de la playa. Una medida que permitirá optimizar la seguridad vial en el entorno del arenal, con un intenso flujo de vehículos durante el verano y, prácticamente, todo el año.
Formoso y González destacaron la importancia del derribo del edificio para eliminar el feísmo y mejorar la estética del principal acceso a uno de los arenales más visitados de la comarca y anunciaron colaboración para acometer esa conexión peatonal que conectará ambos viales.
Un largo proceso
La demolición del antiguo bar Siroco es el último paso de un proceso que viene de lejos. Hace 15 años, cuando la Demarcación de espaldas procedía, en el marco del proceso de recuperación y mejora de A Frouxeira, al derribo del restaurante situado justo enfrente del Siroco. Con el paso del tiempo, el deterioro del Siroco se fue acentuando, hasta su degradación absoluta.
La fecha clave fue agosto de 2021, cuando el gobierno local aprueba inicialmente el expediente de expropiación urbanística. A continuación, pasaba la fase de información pública y, tras su aprobación definitiva, el Ayuntamiento se hacía con la propiedad con el pago de 17.604,73 euros, cifra resultante de la valoración técnica.
La tramitación previa se completaba con la redacción del proyecto de demolición y la licitación de la actuación.
