Ana María Prieto -nacida en Santiago en 1942- pasará a la historia como la primera mujer gallega programadora y una de las pioneras españolas. La que fue vecina de Becerreá desde 1973 hasta su fallecimiento en 2018 abrió camino en un mundo, el de la informática, que aún a día de hoy sigue muy masculinizado.
La joven santiaguesa, que vivía en Madrid desde los nueve años, comenzó estudiando farmacia, cuando se dio cuenta de que no era «lo suyo», y en 1963 realizaría un curso de informática que cambiaría su trayectoria. A su término, fue contratada como operadora por una nueva empresa, Bull General Electric, junto a IBM, gran multinacional de los primeros ordenadores.
Con solo 21 años, y a través de cursos y formación autodidacta, se convirtió en la primera mujer gallega programadora y una de las primeras españolas, colaboradora de varios clientes de Bull, entre ellos Schell y Barreiros. Una situación que, contaba su hija, acarreó comentarios machistas como el «Tú tenías que ser secretaria, aquí no pintas nada», y el bajo reconocimiento de su trabajo.
En 1969 abandonaría la vida en la capital para trabajar hasta 1973 en Santiago como programadora en el centro de cálculo de la Caja de Ahorros, donde también formaría a nuevos programadores. Un labor que abandonaría en 1973 para mudarse a Becerreá con su pareja, al que conoció allí en sus veranos de infancia, y empezar una familia. Fue en la localidad lucense donde falleció en 2018.
El tema que este año presenta Galicia al Al Song Contest, la Eurovisión de la inteligencia artificial, busca rendirle homenaje a la programadora con su nombre PAMP! – Proyecto Ana María Prieto-. Y con ella, reivindicar el talento tecnológico y cultural gallego «e homenaxear ás mulleres que impulsaron Galicia, a súa tradición e a súa lingua».
