Cuando aprieta el Nordés, como estos días, es mucha la gente que busca el abrigo de las playas de Fene para tomar el sol y bañarse en las aguas siempre calmas del interior de la ría, que además son de una calidad sanitaria excelente. Eso también lo saben las numerosas embarcaciones que todos los veranos buscan lo resguardo del Coído, Río Sandeu, Almieiras y Río Castro, en Limodre, buscando fondear lo más cerca posible de la orilla.
Con el fin de evitar que la presencia de lanchas, yates y motos de agua cerca de la orilla puede crear situaciones potencialmente peligrosas para quien está en el agua, el Ayuntamiento de Fene decidió este año delimitar una zona de seguridad para el baño que llega hasta los 70 metros mar adentro y que discurre a lo largo de casi un kilómetro de litoral.
Hace escasos días se instaló una línea de balizas amarillas que se extiende desde Río Sandeu hasta la mitad fenesa de Río Castro —la otra pertenece a Cabanas—, variando en todo ese trazado la faja de seguridad entre el mínimo de 50 metros y esos 70 de tope, que coinciden con la frontal de los arenales.
Dentro de toda esa área, reservada exclusivamente para bañistas, están prohibidos todos los deportes náuticos y la navegación recreativa —windsurf, motos náuticas, veleros, embarcaciones de motor—, aunque en el límite con Ares en Río Sandeu el Ayuntamiento dejó un canal que deberá ser utilizado obligatoriamente «por todas las embarcaciones o artefactos flotantes, cualquier que sea su medio de propulsión» que salgan o se dirijan la tierra por esa zona.
Nuevos aparcamientos
En relación con el inicio de la temporada estival el Concello acaba de concluir el acondicionamiento de dos áreas de aparcamiento: una de casi 200 metros cuadrados que se suma a la ya existente en Río Sandeu, y otra de más de 2.000 cerca del acceso a la playa del Coído. Esta última, que ya estaba planificada para el año pasado, requirió el movimiento de tierras y la extensión de un nuevo firme de piedra y arena compactada.
Se estima que la nueva área tiene cabida para alrededor de un centenar de vehículos que debería ser suficiente para que ninguna persona usuaria de la playa tenga que dejar el coche al lado de la carretera.
