El palacio municipal de Ferrol se está sometiendo a una importante obra estética y estructural que cambiará la fisionomía que hasta ahora estaba en el imaginario de los vecinos. Un renovado aspecto que ya puede verse parcialmente en uno de los extremos del edificio, el que da a la calle Ruvalcaba. Desde hace unos días las lonas de obra dejan entrever el nuevo tono grisáceo de la fachada y, sobre todo, el tejado de zinc que ha reemplazado a las tradicionales buhardillas. Unos elementos que sufrían importantes daños estructurales y que provocaban constantes filtraciones al interior del ayuntamiento, haciendo que muchas de esas estancias estuvieran inoperativas.
En la fachada, que ya ha abandonado esos zócales granates por unos de color gris azulado, se siguen manteniendo los relieves y diferentes detalles del edificio. La empresa Prosema, encargada de la obra, continuará con los trabajos en el otro extremo del edificio, en la calle de la Tierra, donde hace apenas diez días terminaron de derribarse las últimas buhardillas. También se eliminarán los pequeños pináculos de la torre del reloj, aunque se mantendrá la cúpula. Una vez se finalice la colocación del nuevo tejado de zinc y el lavado y pintado de las fachadas, se renovarán las ventanas y persianas. En concreto, carpinterías serán lijadas y repintadas con esmalte satinado blanco y las persianas pasarán a ser, también, grises.
La rehabilitación de la cubierta y de las fachadas del palacio municipal de Ferrol está cofinanciada por el Plan de Obras y Servicios POS+ 2019 de la Diputación Provincial y suponen una inversión de 562.650,00 euros. Los trabajos comenzaron el pasado mes de agosto y, aunque en principio en plazo de ejecución de la obra era de tres meses, la aparición de nuevas deficiencias en el tejado en las viguetas obligó al Concello a ampliar este plazo otros dos meses, por lo que, previsiblemente, podría estar finalizada para el mes de febrero.
