La situación en el servicio de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) alcanzó ayer niveles alarmantes, con 41 pacientes graves ubicados en los pasillos en camillas y sillas de ruedas, según han denunciado desde la Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS. A las 16:00 horas del 26 de diciembre, se registraron 32 pacientes graves en camillas y sillas de ruedas, aparcados en los pasillos y áreas adyacentes, esperando atención. Además, 34 pacientes con ingreso hospitalario ya asignado ocupaban las zonas de trabajo, a la espera de una cama en planta. Dos horas más tarde, a las 18:00, el número de pacientes graves en los pasillos aumentó a 41, y los pacientes a la espera de una cama en planta se redujeron a 33.
«Este escenario no solo representa un deterioro en la salud de los pacientes, sino que también viola su derecho a la intimidad y dignidad, garantizados constitucionalmente. La justificación de este colapso por un aumento imprevisto y puntual de la demanda de atención no es válida, ya que los problemas estacionales respiratorios y la gripe son recurrentes y deberían estar cubiertos por planes de contingencia, incluyendo más personal en el servicio y en planta», explican desde la plataforma ciudadana.
La situación se agravó aún más cuando, durante el colapso del 22 de diciembre, con 20 pacientes graves en los pasillos, se cerraron cuatro puestos de asistencia, alegando falta de personal. «La administración no está protegiendo adecuadamente el derecho fundamental a la salud», denuncian. A pesar de que la ocupación hospitalaria en las últimas 24 horas fue del 53%, cientos de camas permanecen cerradas por falta de personal de enfermería y médicos. Además, las obras en el Gil Casares, que demoran la disponibilidad de 73 camas de medicina interna y estancias medias, agravan la situación.