Las costas de Galicia vuelven a vivir una nueva tragedia. Un vertido de pellets de plástico inunda los arenales gallegos. Un mercante surcaba las costas de Portugal cuando perdió parte de su carga. El 13 de diciembre de 2023, el 112 alerta a Salvamento Marítimo de la aparición de un saco de pellets en la costa. Desde este momento la Xunta es conocedora de la situación ya que el 112 es un servicio que depende de la Vicepresidencia Primera de la Xunta de Galicia. El jefe de servicio de Salvamento Marítimo de Fisterra comunicó el 20 de diciembre a las 18:30 horas al subdirector del servicio de guardacostas de la llegada de pellets a las costas por la pérdida del contenedor del buque Toconao.
El presidente Rueda convocó las elecciones el 21 de diciembre. Era, por tanto, conocedor oficial del desastre que se avecinaba. Optó por callar y ocultar la información a la población. De nuevo es la sociedad civil la que se organiza voluntariamente para la limpieza de las playas. La marea blanca de plásticos inunda ya los 1498 kilómetros de costa gallega. En nuestra mente permanece el desastre del Prestige. No conocemos el alcance que pueda tener esta marea plástica en nuestro ecosistema marino. Alertan cada día del peligro de arrojar plásticos al mar y aquí nos encontramos en pocos días con toneladas.
Los ayuntamientos hacen comunicados desesperados porque la Consellería les hace responsables de la limpieza de los arenales sin más información ni medios. La Xunta informa de que los pellets no son tóxicos, pero eso no parece coincidir con la opinión de los expertos. En el desastre ecológico ocurrido en Sri Lanka, Tom Gammage, de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) publicó en el periódico The Guardian: “Los pellets en sí son una mezcla de sustancias químicas: son combustibles fósiles. Los contaminantes pueden estar un millón de veces más concentrados en la superficie de los pellets que en el agua”, afirma. “Y sabemos por estudios de laboratorio que cuando un pez come un gránulo, algunos de esos contaminantes se desprenden. Actúan como esponjas tóxicas. Muchas sustancias químicas tóxicas son hidrofóbicas (repelen el agua), por lo que se acumulan en la superficie de los micro plásticos”
Estos pellets están compuestos de polietileno, polipropileno, poliestireno, cloruro de polivinilo, plásticos o resinas sintéticas, entre otros. En varios de los sacos llegados a las playas aparecen referencias a que las bolitas blancas contienen hasta un 30% de estabilizadores UV, es decir aditivos destinados a reducir la degradación del plástico por la luz ultravioleta y que resultarían potencialmente tóxicos tanto para la salud humana como para el medio, además de la contaminación que de por sí representa para el mar cualquier polímero plástico.
El periódico Público publicaba varios testimonios de expertos. En las fichas técnicas que corresponden a las referencias de algunas de las sacas de pellets que han llegado a la costa gallega se describen riesgos relacionados con la “toxicidad oral”, es decir por su ingesta, “lesiones oculares graves/irritación ocular”, “toxicidad acuática aguda” y “toxicidad acuática crónica”. “El problema de los aditivos, además, es que en la mayoría de los casos se trata de patentes, por lo que las empresas propietarias no están obligadas a especificar su composición química exacta”, alerta el biólogo Xaquín Rubido, portavoz de la Plataforma para la Defensa de la Ría de Arousa.
Lo mismo opina el biólogo Antón Masa, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Ría de Pontevedra, que alerta de dos tipos de peligro para las personas. Primero por la entrada de tóxicos en la cadena alimentaria mediante ejemplares de especies marinas que los inciten o filtren y luego pasan al consumo humano; y segundo, por el contacto directo con ellos, como los voluntarios que limpian los arenales.
Según Europa Press, el abogado de los armadores del ‘Toconao’ estima que el contenedor accidentado albergaba 1.000 sacos de pellets y se “desconoce” si se hundió. El Gobierno central ha trasladado que está a la espera de que la Xunta “ejerza su competencia” y declare el nivel 2 de emergencia (mantiene el 1, el mínimo, por el momento) con el fin de poder brindarle “apoyo efectivo” en la recogida y limpieza de los pellets con bolas de plástico que han llegado al litoral gallego. En un comunicado, el Gobierno recuerda que ha ofrecido a la Xunta su “colaboración” ante la llegada de los pellets “desde un espíritu de cooperación, lealtad y respeto mutuo”. Muestra de esa disposición, ha apuntado, es la llamada de la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda.
El Gobierno ratifica que en ese contacto le ofreció el apoyo del Gobierno de España en las labores de limpieza y restauración de las zonas afectadas. Pero apunta que, para que este sea efectivo y el Ejecutivo central pueda movilizar medios estatales, es necesario que la Xunta “active el nivel de emergencia 2, destinado a emergencias de especial vulnerabilidad” y que lo pida “expresamente”. El siguiente nivel, el 3, se emplea en situaciones de interés nacional. Por el momento, la emergencia decretada por las autoridades gallegas es de nivel 1.
A la espera de cualquier paso de la Xunta, y “por responsabilidad en prevención de cualquier escenario”, el Gobierno sostiene que sus medios están “preparados para intervenir en cuanto el Gobierno autonómico lo requiera”. La Fiscalía de Medio Ambiente ha abierto diligencias por los vertidos de millones de pellets de plástico en las playas de Galicia tras la pérdida de hasta seis contenedores por parte del buque a la altura de Viana do Castelo, en Portugal.
La Xunta descarta elevar el nivel 1 de emergencia -el mínimo- al 2, como le pide el Gobierno Central para poder actuar en las costas con sus medios. La vicepresidenta primera y conselleira de Medio Ambiente, asegura también que los pellets vertidos no son ni tóxicos ni peligrosos. Señala que son plástico que hay retirar y evitar que quede enterrado en la arena, pero no ofrece más explicaciones sobre su composición
¿Qué ocurre con el ecosistema marino? ¿Qué ocurrirá con el pescado o marisco gallego? ¿Cuáles serán las consecuencias para el sector pesquero y marisquero? Mariscadoras a pie, que recogen almeja o berberecho, los mariscadores de apnea que bucean a pulmón a por la navaja o longueirón hundido en la arena. ¿Cuánto plástico puede aparecer en los estómagos de los pescados que llegan a nuestras lonjas cada día? ¿Cómo pretende la Xunta evaluar toda esta catástrofe? ¿Por qué nos mienten?
Queremos respuestas, señor Rueda. Basta ya.