La Asociación de Pacientes e Usuarios del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) ha reiterado su denuncia sobre las condiciones inaceptables en las que se encuentran los pacientes oncológicos que reciben tratamiento en el Hospital de Día: hace ocho años sus quejas condujeron a la separación de los servicios oncológicos y hematológicos, pero “los problemas estructurales persisten y se agravan con el tiempo”.
Uno de los aspectos críticos señalados por la asociación es la insuficiencia de la sala de espera, que no sólo afecta a los pacientes, sino también a sus acompañantes. “La solución provisional encontrada ha sido la colocación de asientos en una zona de paso, exponiendo a los pacientes, con sistemas inmunológicos debilitados, a un mayor riesgo de contraer enfermedades”, apuntan. Además, los asientos proporcionados resultan incómodos para aquellos con movilidad reducida, una condición frecuente entre los pacientes de esta área.
La cantidad de pacientes que acuden diariamente a la consulta obliga a muchos de ellos a llegar una hora y media antes para realizar las analíticas necesarias antes de recibir tratamiento de quimioterapia. Esto desencadena largas esperas que pueden extenderse hasta seis o siete horas para completar todos los procedimientos requeridos en cada visita.
Las condiciones de espera también impactan en la alimentación de los pacientes, quienes reciben un almuerzo compuesto por un bocadillo, una pieza de fruta y un yogur. Sin embargo, la asociación aporta documentos gráficos “que demuestran que los alimentos proporcionados no cumplen con los estándares de calidad, con bocadillos de embutido y frutas pasadas”, lo cual es inadecuado para pacientes con malestar o intolerancias alimentarias.
A pesar de que los pacientes valoran positivamente el trato recibido por parte del personal sanitario, expresan su malestar por “la insuficiencia de recursos y la falta de sustitución” cuando algún miembro del equipo no está disponible, lo que “agrava aún más las demoras y el colapso del servicio”.
Además de las deficiencias en la atención directa, la asociación también señala “retrasos significativos en la realización e informes de pruebas radiológicas, esenciales para el seguimiento y tratamiento del cáncer”, con un promedio de espera de cuatro meses entre la solicitud y la disponibilidad de resultados.
Ante esta situación, la Asociación de Pacientes e Usuarios del CHUS insta a las autoridades sanitarias a abordar de manera urgente estas deficiencias y a garantizar condiciones dignas y adecuadas para los pacientes oncológicos que dependen del hospital de día para su tratamiento y atención médica.