La borrasca “Louis” dejó decenas de incidencias en Ferrolterra entre el final de la semana pasada y el principio de esta. Sin embargo, en Cabanas su peor cara llegó después de su paso: la acumulación de las lluvias, sumada a las mareas vivas y el estado de la canalizaciones, provocaron importantes inundaciones este martes en el entorno de la Praia da Madalena.
A lo largo de la tarde los vecinos de las calles de acceso a la Urbanización Los Sauces se encontraron con las calles inundadas, con el nivel del agua llegando incluso hasta la altura de sus rodillas. El Concello de Cabanas movilizó a sus efectivos de Protección Civil, que a última hora de la tarde acudieron con motobombas para achicar el agua.
“Cuando terminaron de achicar, alrededor de las 00:30 horas, se veía cómo el agua seguía brotando de las grietas del asfalto: hoy vuelven para seguir achicando”, explica a Enfoques el alcalde, Fernando Couce, quien apunta que esta intervención busca solventar el problema en el corto plazo.
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A medio plazo, la solución pasa por limpiar los registros de pluviales: el Concello contrató un servicio de limpieza hace mes y medio, pero todavía no habían llegado a intervenir sobre esta zona. Así, las tuberías estaban llenas de hojas podridas, mientras que las obras en la zona fueron llenando las cunetas de gravilla, que se solidificada con las lluvias y dificulta la evacuación de agua.
Esta situación, sumada a los días de lluvias intensas y constantes, las mareas vivas y la propia situación de las calles, cerca de la playa y al nivel del mar e incluso por debajo en algunos casos, ha terminado provocando estas importantes inundaciones.
“Seguiremos pendientes por si es necesario achicar, pero esperamos que ahora ya baje el agua y no vuelva a haber problemas; de cara al fin de semana también estaremos alerta, porque se espera que vuelvan las lluvias”, apunta Couce.
Además del achique con motobombas y la limpieza de las tuberías de la zona, la verdadera mejoría llegará con la instalación por parte de Augas de Galicia de un colector —prevista para entre abril y mayo— y la construcción de un tanque de tormentas, que todavía tendrá que esperar entre uno y dos años.