La Liga Femenina Endesa de la próxima temporada incorporará al Joventut y al Construcciones Ardoi navarro y no tendrá ni al veterano Bembibre, que descendió tras una desastrosa campaña y que intentará vender su plaza en Challenge para solventar sus problemas económicos. La entidad ha anunciado su disolución y que no competirá en ninguna otra categoría. Lo mismo que el Alcobendas, que ha confirmado que no competirá en la segunda liga femenina, lo que supondrá todo un reto para la FEB, que creó la competición hace menos de un lustro y que ahora puede que tenga que plantearse fusionarla de nuevo con la LF2.
Todo esto sin tener en cuenta el lío que han formado Barcelona CBS y Gran Canaria con un teórico intercambio de plazas que nadie ha confirmado aún. Las catalanas se mantuvieron, pero han ofrecido su puesto a las isleñas, que lo perdieron y podrían volver a la Liga Endesa, de nuevo, a través de los despachos. Todo empieza hacia marzo y abril, cuando las jugadoras del Barcelona CBS comienzan a dar pistas del malestar que se vivía en el grupo.
La llegada de la Penya y la “fusión” en Girona, indicadores de proximidad entre ligas
Hubo periodistas que se fueron directamente a los salarios o, mejor dicho, el impago de, pero personalmente me inclino por la teoría de que ellas ya sabían que, consiguiesen o no la permanencia, el club no iba a seguir en Liga Femenina. La razón, que el “matrimonio” entre Barcelona y Santfeliuenc demostró ser de conveniencia y cuando al pez grande se le dijo que tenía que rascarse más el bolsillo, echó un vistazo a su cartera y decidió que para qué querían ellos un equipo femenino en la máxima categoría, total para el caso que le estaban haciendo.
Ahí entra el Gran Canaria, el decano que, a pesar de haber intentado remontar con seis jugadoras una primera vuelta desastrosa y finalmente fallar, sí tiene el apoyo de sus empresas e instituciones, y retornará a la máxima competición. Ambas entidades intercambiarán sus plazas para la campaña que empieza si se ratifica oficialmente por parte de la Federación lo anunciado por la prensa.
De haberse quedado el conjunto azulgrana y de haber confirmado el Movistar Estudiantes masculino su ascenso (cayó finalmente ante el Lleida en la Final Four de Leb Oro el pasado fin de semana) la aproximación entre los clubes masculinos y femeninos en las consideradas máximas categorías nacionales hubiera dado un paso más.
El Barcelona acabará en Challenge y el Bembibre se disuelve
Y es que, con la fusión de los clubes de Girona en sus últimas etapas, con todo lo que eso acarrea, se da un paso más en la dinámica de “nosotras y ellos”, con el Perfumerías Avenida como abanderado de las escuadras “independientes”, es decir, no apoyadas por estructuras (y dinero) ACB. Son los clubes nacidos XX, femeninos, no como secciones de equipos masculinos en busca, esperamos, de avanzar en igualdad. Con Avenida, las formaciones gallegas, las vascas, el Cadi o el Jairis están en un bando y Zaragoza, Valencia, Estudiantes, Joventut y, muy pronto, Girona, en el otro. Zaragoza y Valencia han demostrado en los últimos años que están listos para finalmente desbancar la hegemonía salmantina, apoyados precisamente en su potencial económico.
Pero si se preguntan, ¿entonces qué tiene de malo?, les puedo recordar el ejemplo del ya mencionado Barcelona y su “sacrificio por el bien del club” y darles uno más. El Estudiantes, que no ha conseguido regresar a ACB tampoco en esta su tercera participación consecutiva en los play-offs, juega toda la temporada en el WiZink Centre madrileño. Su equipo femenino, que en los últimos años en la máxima categoría no solo ha jugado por el título, sino también ha competido en la Eurocup, lo hace en el Antonio Magariños.
El primero tiene capacidad hasta para 17.000 espectadores; en el segundo, aunque clásico y reverenciado, caben únicamente 600. Y para que no piensen que soy negativa, ¿recuerdan clubes mencionados, Valencia y Zaragoza? Esas dos formaciones comparten cancha con sus homólogos masculinos. Porque baloncesto es baloncesto y así sí merece la pena “casarse”.