Juan Assuncao no lleva una capa ni saca conejos de la chistera, pero en su taller hace otro tipo de magia. “Tú vienes con un cuadro, y yo te pongo una bici a andar”, explica convencido este propietario que ha llegado a restaurar una bicicleta de 1890.
Y es que para él, uno de los puntos clave además de la restauración, es la personalización de cada bicicleta. El cambio de las ruedas, la mejora de su comodidad, darle un color diferente… las opciones son infinitas. “Una bicicleta puedes hacerla como tú quieras, nosotros tenemos un trato muy personal y hacemos todo a gusto del cliente”. Para eso, desde BiciVintage Coruña, buscan salir de lo ‘mainstream’ del mercado y piden las piezas que necesiten internacionalmente, en caso de ser necesario.
Por ello también, trabajan con todo tipo de bicicletas -custom, de montaña, infantiles, desde hace 3 años con bicis y patinetes eléctricos- pero buscan explotar lo que no tiene el mercado, lo que el cliente no encontrará en internet.
“Una de las cosas que diferencia a las bicicletas antiguas es la calidad de los materiales. Es verdad que pesan más, pero la calidad es indiscutible”, explica este apasionado. Otra diferencia clave para él es el antiguo uso laboral de la bicicleta, que ahora ha pasado a ser de ocio, lo que se ha traducido en un interés generalizado por la bicicleta de competición: ligera, de carbono, de aluminio, con gestión electrónica. “La gente quiere una bicicleta para desplazarse por la ciudad”, afirma tajante.
La pandemia ha traído un cambio en nuestras costumbres y en nuestra vida diaria. Y todos esos meses “encerrados” han hecho que intentemos encontrar más oportunidades para respirar aire fresco. Ante la pregunta de si cree que este cambio está aquí para quedarse, Assuncao no se muestra muy esperanzando. “Yo creo que es sobre todo temporal. Va a coger alguna fuerza, pero no mucha, porque la ciudad no tiene las condiciones para andar en bici”.
Para esta oportunidad de un transporte más sano y ecológico, él demanda unas infraestructuras de tráfico que ahora mismo no existen. “Lo que está pasando es que la gente arriesga y va por un carril que no debe, pero no tenemos unas infraestructuras donde puedas ir a cualquier sitio en bici o patinete, y parar con seguridad, por ejemplo”, explica, también como usuario de estos vehículos.
A pesar de que las ventas no hayan experimentado una gran subida, Juan Assuncao si que nota en su negocio una mayoría que está reparando bicicletas antiguas, cogiéndolas del trastero y poniéndolas a punto.
La clave de su duración, explica el empresario, está en su cuidado. “El precio importa en la calidad, pero hay gente que cuida muy bien de su bicicleta y esas bicis, duran mucho, hay bicis de 200 euros que bien cuidadas pueden durar más que otras de dos mil euros”. Pero para él, los ingredientes para que una bicicleta tenga una larga vida están claros: “uso, cariño y mantenimiento”, finaliza con una sonrisa.