Exolum ha puesto en marcha el proceso administrativo para levantar una nueva terminal de almacenamiento de graneles líquidos en la dársena de Punta Langosteira, dentro del Puerto Exterior de A Coruña. La inversión prevista supera los 100 millones de euros y marca un paso clave en la estrategia de transición energética de la compañía.
El proyecto contempla una planta de última generación, diseñada para operar tanto con productos convencionales como con combustibles de bajas emisiones. Entre ellos se incluyen amoniaco renovable, metanol verde, CO₂ capturado, biocarburantes y SAF (combustible sostenible de aviación).
La instalación ocupará dos parcelas interconectadas con una capacidad de unos 165.000 metros cúbicos, distribuidos en tanques atmosféricos, criogénicos y presurizados.
Conexión multimodal y alta seguridad
La futura terminal contará con cargadero ferroviario de ancho ibérico, acceso directo a la red nacional de trenes y enlace a dos atraques portuarios mediante tuberías y bombas de gran capacidad. También se prevén isletas de carga para camiones cisterna y sistemas de seguridad avanzados que garanticen la máxima eficiencia y sostenibilidad.
La actividad incluirá almacenamiento, mezcla y distribución de biodiésel, bioetanol, HVO, metanol, naftas e hidrocarburos tradicionales. En el caso del CO₂ criogénico, se permitirá su recepción, almacenamiento presurizado y expedición marítima o terrestre, con opción de conexión futura por tubería. El amoniaco podrá llegar por vía marítima o terrestre, almacenarse en tanques criogénicos y distribuirse mediante distintos transportes.
Inicio escalonado en 2029
Debido a la complejidad del proyecto, la entrada en funcionamiento será progresiva, con un arranque previsto para 2029. Exolum prevé que la terminal convierta al Puerto de A Coruña en un nodo logístico de referencia en Europa, gracias a su ubicación estratégica en rutas hacia el norte de Europa, América y Oriente Medio.
La compañía destaca que esta infraestructura reforzará la competitividad de Galicia y del noroeste peninsular, creando empleo cualificado en las fases de construcción y operación, además de atraer inversiones ligadas a la descarbonización y a las llamadas “moléculas verdes”.