Cuando caminamos “tendemos a mirar hacia el suelo”, apunta Alberto Fuentes, por lo que pocas veces reparamos en lo que esconden nuestras fachadas. Consciente de ello, este arquitecto del Bierzo pero afincado en A Coruña decidió iniciar un proyecto para “algo divulgativo, que no estuviese visibilizado”. Así nació “Art-Nouveau Coruña”, donde explica el patrimonio modernista de la ciudad a sus miles de seguidores.
“La arquitectura anterior todo el mundo la conoce, la posterior los arquitectos la intentamos defender para que se aprecie la moderna y contemporánea, pero el modernismo estaba en un limbo que no sabíamos si la gente lo odiaba o lo quería”, explica el arquitecto, socio de СOHR Arquitectos.
A través de sus redes sociales y web explica las curiosidades del modernismo coruñés. Desde comparaciones entre imágenes antiguas y actuales de la ciudad, hasta denuncias por el mal estado de conservación de algunos edificios. Y a la gente le gustó su trabajo tanto como a Alberto enseñar los entresijos de las ostentosas decoraciones modernistas. “De repente, edificios a los que parece que nadie les hace caso, la gente te escribe preguntando por ellos”, añade. Aunque también puntualiza que es un estilo que se hace querer, “es colorido, vistoso con esculturas, que se nos hace más agradable”.
Lo extraño parece que, en una ciudad con un centenar de edificios modernistas, nadie hubiese apreciado antes su belleza. “No sé por qué pero tendemos a mirar hacia el suelo”, subraya, “además cuando vivimos en una ciudad y llevamos toda la vida ahí rara vez somos capaces de ver las cosas puntuales entre el mogollón”.
Divulgar para conocer, apreciar y mantener
“Entonces, cuando te las enseñan una a una, como en una visita turística, dices ¿pero eso lleva toda la vida ahí?”. Porque para Alberto la divulgación es la base para “enseñar el patrimonio, que lo conozcan, que lo aprecien y que lo mantengan”.
Entre lo que hace especial la arquitectura modernista coruñesa para Alberto la primera es sin duda que hay “mucha y de mucha calidad, pero poco conocida”. El arquitecto explica como en otras ciudades “se le ha dado mucho bombo a su arquitectura modernista, pero nosotros tenemos más de 100 edificios a los que no le hemos dado ese valor”. Esta abundancia simboliza “una clase social muy alta a principios del siglo XX”, construyendo edificios de este tipo en Coruña “a lo grande y con ostentosidad”.
Además, el modernismo coruñés tiene identidad propia. “La influencia es francesa, sobre todo parisina, pero tras las Guerras Mundiales y el cierre de las comunicaciones con Europa, nos quedamos escasos de influencias”, puntualiza. Por lo tanto, los arquitectos coruñeses son capaces de hacer “un modernismo propio de Coruña, se le añaden las galerías blancas y se desliga”.
De hecho, uno de los edificios que señala Alberto es precisamente una de estas joyas con identidad propia coruñesa. Se trata de la Casa Rey, del arquitecto Julio Galán, ubicada en Puerta Real, entre la Marina y la plaza de María Pita. “Consigue desligarse de las influencias exteriores con esa galería modernista, blanca y coruñesa”, explica. Sin embargo, su favorito no es esta obra de Galán, sino el número 69 de la calle San Andrés, “de inspiración escocesa, de verticalidad y uso del detalle”.
Pero este estilo no está únicamente en Coruña, “el modernismo está en todos lados, bien en el rural o en grandes ciudades”. Aún así, puntualiza Alberto que la única que tiene modernismo en cantidad es Ferrol. Allí dejó su legado el arquitecto Rodolfo Ucha, con impresionantes edificios que se recopilan en rutas como esta. “Otras ciudades como Vigo, Santiago u Ourense tiene pocos ejemplares, 15 o 30 en los mejores casos”, añade Alberto.
Los alrededores coruñeses son también un gran ejemplo modernista, “aunque eso está ligado siempre a la ciudad: Oleiros, Cambre, Bergondo o Sada son algunos casos, era el área de influencia donde la burguesía tenía sus villas, empresas…”
Salvar el patrimonio
No obstante, no toda la historia ligada a la arquitectura modernista trata sobre grandes edificios renovados y admirados. El edificio Gradaílle, ubicado en el cantón pequeño a la izquierda del Banco Pastor era “la obra culmen del arquitecto Antonio López Hernández”. De hecho, puntualiza Alberto que “consiguió escindirse de las corrientes europeas, pero desapareció en los años 70, a pesar de los movimientos que quisieron que se mantuviera”.
Las instituciones juegan un papel fundamental para que no ocurran este tipo de situaciones. Para Alberto “ahora se involucran más que antes, pero por una cuestión de Ley, ya que esta obliga a mantener el patrimonio”. A propósito de este tema, Alberto recuerda la reciente demolición de la Casa Carnicero, en Oleiros, tras sufrir un incendio el verano pasado. La casa fue demolida alegando problemas de seguridad.
“El edificio había ardido y estaba en una situación estructural delicada, pero no estaba en mal estado. Si se hubiesen tomado medidas en el momento en el que ardió, siendo verano, se podría haber salvado”, explica el arquitecto, que también lo señaló en un informe.
Y respecto a los problemas actuales, Alberto señala el “cableado en toda Coruña”, resaltando que “independientemente del estilo artístico, toda España está llena de cables, aunque haya leyes que exijan enterrarlo”. Una zona que señala de contaminación artística del entorno son “las escuelas municipales, en la calle Orzán, con cableado, farolas y contenedores. Vas a hacer una foto y no sabes si se la haces a un edificio o a toda la basura que tiene”.
Pero aún así, Alberto se muestra optimista, “en general están muy conservados o se han ido conservando”. Destaca además las últimas rehabilitaciones en la ciudad, como en varios edificios de la avenida de Oza, los alrededores de la Plaza de Lugo o la casa Cabanela, junto a cuyos andamios posa sonriente por un patrimonio conservado.
Alberto actualiza regularmente su página web, Art-Nouveau Coruña, donde además de informarse sobre el patrimonio modernista, es posible comprar láminas, postales o incluso libretas con estos singulares edificios.