Los coruñeses se han encontrado este martes con una sorprendente estampa. La bajamar y las mareas vivas han dejado al descubierto en la pequeña playa de As Lapas los restos del petrolero Mar Egeo, que naufragó en las proximidades de la Torre de Hércules el 3 de diciembre de 1992. Fueron muchos los curiosos que aprovecharon un día soleado para acercarse al enclave a observar la insólita imagen.
Las redes sociales se han hecho eco también de fotos y comentarios acerca de este hallazgo. Y es que por muchos era conocido que parte del casco de este barco había quedado sepultado, o no tan sepultado, en el fondo marino.
Fue en la madrugada del 3 de diciembre de 1992, cuando el Mar Egeo estaba fondeado en la ría de Ares en espera de turno para atracar en A Coruña. El plan era salir a mar abierto y en algún punto al oeste de la Torre de Hércules virar 180° para interceptar el canal de Punta Herminia, pero no salió según lo previsto.
Cuando el buque estaba a unos 200.000 metros de la costa, un chubasco de gran violencia impidió la visión y dejó momentáneamente inoperativos los radares. El barco encalló en las inmediaciones de la Torre de Hércules sobre las 4.30 horas de la madrugada.
Tras varias horas de trabajo, era evidente que el buque se había partido en dos. A las 10.00 horas de la mañana se produjo una violenta explosión y el barco comenzó a arder. Los tripulantes que permanecían a bordo saltaron al agua. Durante las siguientes 24 horas, un feroz fuego avivado por el viento consumió los restos del buque y unas 50.000 toneladas de petróleo. Afortunadamente, no hubo víctimas humanas.
Fue preciso evacuar a los vecinos del barrio de Adormideras, el más próximo, y unas 300 familias pasaron la noche fuera de sus hogares. Una nube de humo cubrió durante horas el cielo de la ciudad, si bien por la tarde se desplazó con el viento hacia Ferrol. A pesar de que se consiguió extraer unas 6.000 toneladas de crudo, la mayor parte fue vertida al mar o ardió; otra parte de la carga, unas 11.000 toneladas, se evaporaron gracias a la volatibilidad de ese tipo de petróleo. En total se calcula que se vertieron unas 15.000 toneladas de crudo.
Resultaron afectados finalmente unos 300 kilómetros de costa. Esto limitó la actividad de más de 4.000 pescadores y mariscadores. Las rías de O Burgo, Ares, Betanzos y Ferrol fueron las perjudicadas. Durante unas horas, una parte de esta triste historia volvió este martes a la mente de los coruñeses.