Marineda City acoge mañana martes, 8 de marzo, con motivo de la celebración del Día de la Mujer, la charla «El lado positivo de las adversidades». El coloquio, en el que intervendrán Fanny López-Amado Fraga, técnico de Organización y Talento en Vegalsa-Eroski, y Alicia Jover, consultora, formadora y coach, está organizado por la Fundación Naru y tendrá lugar a las 19:30 en el espacio Living Art Studio.
En la charla, gratuita abierta a todo el mundo y dirigida especialmente a mujeres, las especialistas Fanny López-Amado y Alicia Jover hablarán de cómo las experiencias negativas de la vida pueden ayudar a desarrollar habilidades como la comunicación, la empatía, la capacidad de escuchar, la disciplina personal, el pensamiento crítico, tener ideas, la motivación, el liderazgo y la resolución de conflictos, así como la confianza en una misma.
Es este punto, según argumentarán las ponentes, el que podría estar obstaculizando la carrera de muchas mujeres. Además, se abordará cómo conciliar y repartir los roles en la familia, trabajo e hijos y cómo evoluciona el mundo laboral a la hora de contratar.
Alicia Jover es consultora especializada en desarrollo de estrategias de negocios y de recursos humanos, emprendimiento y formación in Company con más de 25 años de experiencia en gestión comercial, emprendimiento y desarrollo de personas. Actualmente es docente en EBF Business School. Fanny López-Amado Fraga es técnico de Organización y Talento en Vegalsa-Eroski, compañía en la que tiene una trayectoria de más de 23 años, y es madre de cuatro hijos.
La Fundación Naru
Fundada y dirigida por la coruñesa Andrea Castromil, la Fundación Naru («llegar a ser, convertirse en») es una institución sin ánimo de lucro que tiene como objetivo principal fomentar el incremento de las competencias personales y profesionales, así́ como la inserción laboral, de personas con dificultades de acceso al mercado laboral. En concreto, Naru se centra en aquellas personas, que, por haber sido pacientes oncológicos, o cuidadores de éstos, han perdido su empleo y tienen que formarse para reconducir su vida profesional.
De esta forma, viene a cubrir un hueco no reconocido ni atendido. Y es que afrontar un cáncer implica un importante gasto económico que, en muchos casos supone para los cuidadores, principalmente mujeres o mayores de 45, tener que abandonar sus carreras para acompañar a los pacientes en el proceso de la enfermedad y que una vez finalizado el tratamiento o bien, llegado un desenlace fatal, necesitan volver a trabajar y se ven sin amparo y desahuciados laboralmente. Fundación Naru también ofrece becas para hijos de pacientes o cuidadores que, en esta situación, ven interrumpida su formación y desarrollo personal por los daños logísticos y económicos.