“No sé por qué este folclore de la homosexualidad”, el alegato final en el juicio de Samuel Luiz

Luciano Prado, abogado de Catherine Silva, imputada por el crimen del joven enfermero, sostiene que la acusación contra su defendida "no se sostiene por ningún lado"

Catherine Silva., acusada por la paliza mortal a Samuel Luiz, junto a su abogado, Luciano Prado | EUROPA PRESS

El abogado de Catherine Silva, Luciano Prado, abrió su alegato final con una declaración que ha generado controversia: “Ser homosexual no tiene nada de malo, pero no sé por qué estamos llevando este juicio con este folclore de la homosexualidad, esto no tiene nada que ver”. Con estas palabras, cuestionó el enfoque de las acusaciones que vinculan la agresión a Samuel Luiz con una motivación homófoba y reiteró que su defendida, novia en aquel momento del que inició la agresión a Samuel, no participó en los hechos violentos.

Prado aseguró que Silva no debería estar sentada en el banquillo de los acusados porque “no hizo nada”. Según él, no existen pruebas que la incriminen en la agresión mortal, calificando la imputación como “una acusación que no se sostiene por ningún lado”.

Además, el abogado negó que Silva impidiera a Lina Fernández, amiga de Samuel, auxiliarlo durante la agresión. Afirmó que el único propósito de su defendida fue intentar apartar a su entonces pareja, Diego Montaña, del tumulto, sin éxito. “Una chica de 1,50 metros y 50 kilos no podría parar eso”, argumentó.

“No es verdad, está mintiendo”

Prado también desmintió que Silva haya pronunciado insultos homófobos, como declaró Lina en el juicio. La testigo aseguró que Silva dijo: “Deja a ese maricón de mierda”, algo que, según el abogado, no aparece en su declaración inicial. “No es verdad, está mintiendo”, afirmó, anunciando que emprenderá acciones legales contra Lina por falso testimonio.

El letrado insistió en que su clienta no tiene prejuicios hacia el colectivo LGTBI, destacando que en su círculo cercano hay personas transexuales. Además, señaló que Silva intentó evitar la agresión y que incluso algunos testigos declararon haberla visto reprochar la actitud de Montaña.

Sobre su presencia durante los hechos, Prado defendió que “las mujeres suelen tener más temple que los hombres” y que no suelen desempeñar roles de liderazgo en situaciones como estas. “Nunca son las jefas de la manada”, afirmó, buscando desmontar las acusaciones que presentan a Silva como una instigadora.

La defensa rechazó frontalmente la solicitud de 25 años de prisión por asesinato o, subsidiariamente, 14 años y medio como cómplice. “No quiero una complicidad ni seis años, quiero la verdad. No se le puede condenar porque no ha hecho nada. La vida ya la tiene destrozada. La condena ya se la han impuesto”, declaró Prado, apelando al jurado para que absuelva a su clienta.

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