Lidia González estudió arquitectura, pero no tardó en darse cuenta de que “pensaba mucho más en los interiores” que en el esqueleto de las viviendas. Decidió seguir su instinto y atreverse a innovar, diseñar, decorar y llevar a cabo diferentes iniciativas. Gracias a las redes sociales, además de visibilizar su trabajo y los artículos que vende en su tienda, da una segunda vida a los muebles que la gente deja en las calles de A Coruña.
Sus cuentas de Instagram @maowdesign y @stoopingcoruña son todo un éxito entre los amantes del diseño y la sostenibilidad. La primera lleva el nombre de su estudio, situado en la calle San Andrés. Su establecimiento es un universo de “cosas bonitas” donde los usuarios pueden encontrarse multitud de artículos de decoración o de papelería de distintas marcas.
“Era una cosa rara que nadie entendía. Al principio era una tienda de scrapbooking: de etiquetas y de papel de regalo… Después, empecé a meter cosistas de decoración. Me traje la pintura de muebles y empezaron a salir proyectos. Fue un crecimiento bastante orgánico”, relata Lidia, quien decidió abrir su primer local, más pequeño, en la calle San Pablo en 2012.
Cuando cambió su localización cuatro años más tarde añadió a su lista de quehaceres el arreglo de muebles. “Me especialicé en lo que me gusta. A mí me gusta mancharme“, remarca. También vende los muebles que restaura ella misma tras comprarlos de segunda mano y algunos artículos que elabora con lettering como su colección “We love Galicia”. Su santuario acoge ahora las clases de restauración de mobiliario que ella misma imparte. Las tuvo que dejar por el coronavirus pero en octubre las retomará.
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En estas sesiones, la gente lleva muebles y ella les enseña a trabajar sobre ellos. “Si no tienen ni idea de qué hacer vamos viendo como quedaría mejor. Les voy enseñando las técnicas en función de lo que necesita su mueble”, explica la interiorista. También organiza talleres ofrecidos por otros profesionales de distintas disciplinas, tales como bordado, ilustración, acuarela o serigrafía.
De la arquitectura al interiorismo
Lidia estudió arquitectura, pero ya durante la carrera se dio cuenta de que esta profesión no era exactamente lo suyo. “Cada vez que nos dejaban un tema libre yo diseñaba los muebles. Los profesores me decían que me fijara en el edificio, pero yo pensaba mucho mas en los interiores“, rememora. Así fue como su futuro se fue gestando.
Sin embargo, cuando terminó sus estudios, trabajó dos años en un estudio de arquitectura en Madrid, donde se dedicaba al diseño de hospitales y centros de salud. Entonces llegó la crisis que golpeó con fuerza a la construcción y la empresa cerró. Fue en ese momento cuando Lidia dio un paso al frente y decidió estudiar un máster en Interiorismo. Volvió a la ciudad de A Coruña y entonces arrancó Maow Design.
Desde entonces comenzó a trabajar con una filosofía sostenible. “Valoro un montón el trabajo artesanal, las cosas que estén producidas localmente a pequeña escala. No me interesan cosas que pueda tener todo el mundo”, subraya la gerente de la tienda. Y es que sabe que “cada mueble es un mundo” y por ello trabaja con pequeñas marcas y artesanos. Le apasiona “la magia de la pequeña y del hecho a mano”.
@stoopingcoruna: salvar muebles de la basura
“Llevo cogiendo muebles de la basura toda la vida”, asegura sin reparo. Aunque la gente la miraba “raro”, Lidia recogía aquello que otros no querían para darle una segunda vida. “¿Por qué algo que está bien tiene que ir al punto limpio?”, se pregunta esta gijonesa afincada en A Coruña, que actúa guiada por su convicción en consguir un mundo más sostenible.
Durante el confinamiento de 2020, descubrió un movimiento que se llama “stooping”, que comenzó en Estados Unidos. Sus creadores hicieron una cuenta en Instagram en la que subían fotos de los muebles que veían tirados en la calle con la ubicación por si a alguien le interesaba ir a recogerlo. “Estaba enganchadisima porque parecían tiendas de antiguadades montadas en la calle“, relata.
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Después, la iniciativa llegó a España con stooping Madrid. Entonces la arquitecta tuvo la idea de hacer uno en A Coruña en febrero de este año. “Es un proyecto colaborativo. La gente memanda fotos de los muebles ue ve tirados en las aceras y yo las comparto”, explica. La primera semana due todo “un boom”. Incluso la gente que tenía cosas en casa de las que quería deshacerse comenzó a mandarle fotografías. “Es una cuenta que me da mucho trabajo pero es muy gratificante“, confiesa González.
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