Tras los resultados electorales del 28 de mayo, en los que el BNG obtuvo dos concejales, se perfilaba un escenario propicio para que el PSOE, liderado por Carmela López, alcanzara la mayoría necesaria para formar un gobierno estable en Burela. Con cinco concejales en su haber, el PSOE podría contar con el apoyo del BNG para garantizar la investidura y trabajar conjuntamente en la gestión municipal. La candidata socialista manifestó su confianza en las negociaciones, destacando la fluidez de las conversaciones y el interés mutuo por gobernar juntos en pro de un gobierno de progreso.
El lunes, la candidata socialista Carmela López ratificó esto después de la reunión con el BNG, afirmando: “Las negociaciones van bien. La investidura está asegurada”. En otros mensajes breves, enfatizó: “Hay un interés mutuo en gobernar juntos”. Y concluyó: “Formaremos un gobierno progresista”.
Este panorama implicaría que el BNG también formaría parte del gobierno local. Además, el Partido Popular, con sus cinco actas, asumiría el liderazgo de la oposición en el ayuntamiento. Sin embargo, la postura del concejal electo de Somos Burela, Alberto Eiroa, podría tener un impacto significativo en la configuración final del gobierno municipal. A pesar de ello, el acuerdo entre el PSOE y el BNG parecía consolidarse como la opción más viable para asegurar la estabilidad en la gestión de Burela y promover un enfoque progresista en el municipio.