La Xunta ha dado luz verde al informe ambiental estratégico para la construcción de una perrera municipal en una parcela situada en suelo rústico en Burela -Lugo-, ya que concluye que «no se prevén efectos ambientales significativos».
Según se recoge en la resolución de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, no existe alternativa a esta parcela rústica de titularidad municipal, de 7.190 metros cuadrados, situada al lado de la carretera N-642, pegada a suelo urbano de Burela. En el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOM) está clasificada como rústico de especial protección de infraestructuras y en parte también de protección de augas, y calificado como dotacional.
Así, se concluye que el proyecto afecta a un ámbito territorial de «reducida extensión», «ya en buena medida transformado». Además, «no existe en el ámbito ni en su entorno próximo espacios o elementos con destacable valor natural o patrimonial». En el entorno se encuentran depósitos de agua que forman parte del abastecimiento municipal, una nave municipal de obras, un depósito de almacenamiento de gas en desuso y una zona de amontonamiento de materiales, entre otros, según recoge el expediente.
No obstante, el plan deberá prever las medidas que aseguren la mejor integración paisajística posible, lo que incluye la plantación de árboles en el perímetro de la zona dotacional que actuarán de pantalla visual y acústica frente al ruido, «reduciendo los posibles impactos sobre áreas residenciales próximas».
