El panorama político en Foz ha dado un giro este fin de semana tras la decisión del BNG de abandonar la coalición que mantenía con el PSdeG-PSOE desde el inicio del mandato. A través de un comunicado, la formación nacionalista ha anunciado que en los próximos días formalizará la renuncia a todas las responsabilidades que sus concejales ostentan en el Ejecutivo municipal, dejando al PSOE en una situación de gobierno en minoría.
El BNG, que cuenta con cuatro ediles en la corporación, argumenta que las relaciones con sus socios socialistas han llegado a un punto insostenible. Según los nacionalistas, los desencuentros se han agudizado tras las polémicas en torno a la gestión de la residencia de mayores y el centro de día del municipio. El conflicto estalló después de que el BNG se opusiera a la adjudicación de la gestión del geriátrico a una empresa privada debido al incremento de tarifas, un proceso que fue finalmente anulado por el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de Galicia (Tacgal).
A pesar del fallo judicial que respaldaba la posición del Bloque, el alcalde socialista, Francisco Cajoto, Los nacionalistas denuncian que el alcalde, Francisco Cajoto, le asignó las competencias de la residencia a la edil nacionalista Zoraida Coria, pero sin proporcionar los recursos ni la capacidad plena de gestión. Este episodio, calificado por los nacionalistas como una muestra de “despotismo” y “falta de respeto”, marcó el deterioro definitivo de la relación entre ambas formaciones.
Desde el BNG han denunciado lo que consideran una actitud “obstruccionista e irracional” por parte del PSOE, acusándolo de incumplir acuerdos fundamentales de la coalición, como las reuniones periódicas de trabajo, y de dificultar el acceso a información básica para la gestión municipal. “En este contexto de bloqueo, continuar en el gobierno resulta inviable”, ha explicado la formación, que asegura haber mantenido su “lealtad” al pacto hasta que las circunstancias lo han hecho imposible.
Con esta decisión, el PSOE, que cuenta con siete concejales, asumirá el gobierno en solitario en un escenario complejo, con una oposición formada por seis ediles del PP y cuatro del BNG. La ruptura deja en el aire cuestiones clave como los presupuestos para 2025.