La Diputación de A Coruña, junto con los ayuntamientos de Brión y Ames, pusieron en marcha este fin de semana la primera fiesta histórica de A Maía, que conmemoró el 550 aniversario de la Batalla de Altamira con diferentes actividades. Un programa, denominado “Altamira brilla”, que arrancó el sábado en Ponte Maceira (Ames) con la presentación de las investigaciones y los avances en los trabajos para la elaboración del plan director de las Torres de Altamira.
Lo han hecho los investigadores Juan Mario Crecente y Luis Francisco López. También, las historiadoras Mercedes Vázquez y María Pilar Rodríguez presentaron el libro “A batalla de Altamira”. El acto estuvo presidido por los alcaldes de Ames, Blas García, y Brión, Pablo Lago, junto con el diputado de Patrimonio de la Diputación de A Coruña, Xosé Luís Penas.
Blas García destacó que este evento demuestra que “Ames tiene historia, Brión tiene historia y el valle de la A Maía tiene historia”. “Daba la sensación de que Ames, Brión y A Maía habían nacido con la burbuja inmobiliaria, que habíamos nacido de la nada al lado de Santiago, pero no. Hoy ponemos en valor una parte de nuestra historia más importante y es importante que las generaciones que vienen detrás la conozcan”, remarcó.
Un punto en el que coincidió el alcalde de Brión, quien destacó que “este libro supone conocer como era el valle de la A Maía después de la revuelta Irmandiña, con nobles e iglesia luchando por el poder”. “Una historia que, en ocasiones, es desconocida para las personas que vivimos en estas tierras, muchas de ellas mismo emparentadas con la gente que luchó en esa batalla aquel 13 de junio de hace 550 años”, indicó Lago, que destacó que “del conocimiento de nuestra historia dependerá en gran forma que aprendamos a cuidar, respetar y poner en valor nuestro patrimonio”.
Por su parte, el diputado provincial Xosé Luís Penas subrayó que “La batalla de Altamira es uno de los hechos más importantes de la historia de la comarca y del país”, lamentando que la pandemia sanitaria haya hecho que este año “la fiesta sea muy reducida”. “Esperamos que cada año vaya creciendo y termine siendo todo un referente con la implicación de los vecinos y vecinas de Ames y de Brión”, añadió.
La batalla de Altamira
Las historiadoras Mercedes Vázquez y María Pilar Rodríguez presentaron su libro “A batalla de Altamira. A historia dun territorio estratéxico: as torres de Altamira” como “una guía de lo sucedido para que la gente sepa el que pasó y sea el inicio de un evento de mayor dimensión social cultural y económica”, según Pilar Rodríguez, quien insistió en que el libro “es el primer escalón en la reconstrucción de este hecho histórico con el objetivo de dinamizar a los vecinos y vecinas”.
En este sentido, ambas historiadoras coincidieron en que lo principal es que los vecinos y vecinas de Brión y Ames conozcan su historia y estén orgullosos de la misma para poner en marcha una fiesta que después pueda atraer turistas de otras partes de Galicia. Sobre la propia batalla, Mercedes Vázquez destacó que “es de las pocas batallas a campo abierto y eso hace de la Batalla de Altamira un hecho especial y muy relevante porque las torres controlaban los caminos a Compostela de Noia y de Bergantiños”.
Plan director
Finalmente, Juan Mario Crecente y Luis Francisco López presentaron las investigaciones y los avances en los trabajos para la elaboración del plan director de las Torres de Altamira. “Una batalla que comenzó por una licencia de obras”, bromeó Crecente al referirse al hecho de que la reconstrucción de un muro de las Torres fue el detonante de la reacción del Arzobispado de Santiago.
Luis Francisco López confirmó que “no detectamos ninguna señal de que hubiese un asentamiento castreño en la zona, pero sí detectamos una fortaleza del siglo XV. Lo que se ve hoy está construido con material nuevo pero sobre los restos de una fortaleza anterior”. Asimismo, detalló que “lo fundamental ahora es asegurar los restos que hay, porque se están deteriorando. Ese es nuestro punto de partida”.
Durante el acto se dio lectura a la presentación del libro, que recoge que “el día 13 de junio de 1471 tuvo lugar una enorme batalla a los pies de las Torres de Altamira. Dos ejércitos de más de 10.000 hombres se enfrentaron en una pelea que en principio se presentaba igualada. Era el arzobispo de Santiago, Afonso de Fonseca II, y los caballeros más importantes de Galicia, que se habían aliado contra él”.
Fue una batalla en campo abierto, con diversos escenarios y sucesos previos, que tuvo un desencadenante inmediato: el deseo de Lopo Sánchez de Moscoso de reconstruir y ampliar las torres de Altamira. Esa acción tuvo una reacción: la tenaz resistencia del arzobispo, que no podía tolerar un castillo hostil a las puertas de Santiago. Aquel día muchos murieron o quedaron heridos y quedaron para siempre jamás en la memoria de las gentes los hechos de aquella jornada, que se transmitieron a las generaciones que vendrían”.