El chef Juan Mari Arzak, un enamorado de Negreira y visitante habitual, ha recibido este lunes un importante homenaje: ha sido nombrado «Hóspede de Honra» del Concello de Negreira, un reconocimiento entregado por el alcalde, Manuel Leis Míguez, a su hija, Elena Arzak, y una escultura de su mano se ha convertido en la primera que ocupa el «Paseo das Estrelas», una suerte de «paseo de la fama» ante su querida Casa Barqueiro.
«Mi padre siente un cariño especial por Negreira: gracias a la familia Barqueiro, que le enseñó a amarla, y también a la gente, porque dice que aquí ha hecho grandes amigos; quiero daros las gracias por hacer tan feliz a mi padre con este reconocimiento», ha asegurado la hija del chef con tres Estrellas Michelín en su restaurante en Donosti, que acaba de cumplir 80 años.
Elena Arzak recibió el homenaje para su padre, una réplica en bronce del Concello de Negreira, después de un pleno extraordinario celebrado en el Salón de Plenos en el que se aprobó el reconocimiento al considerado como «padre» de la nueva cocina vasca.
«Este reconocimiento es el símbolo del agradecimiento a Arzak de parte de todo el pueblo de Negreira por todo el cariño mostrado desde que comenzó a visitarnos y por haber llevado el nombre de nuestro pueblo por todo el mundo y por recomendar nuestros productos, nuestra materia prima, a los más prestigiosos chefs del mundo», ha señalado el alcalde, quien ha destacado que el cocinero «visita Negreira de forma frecuente y contribuyó a ponerla en el mapa».
El prestigioso chef donostiarra tiene una vinculación muy estrecha con Negreira desde hace tiempo: es un gran amigo de la familia Barqueiro y posee varias propiedades en el municipio, que visita cada año.
Paseo das Estrelas
El reconocimiento como «Hóspede de Honra» no fue el único homenaje que recibió Juan Mari Arzak este lunes: una escultura de su mano inauguró también el Paseo das Estrelas, una suerte de «paseo de la fama» frente a Casa Barqueiro que aspira a exponer las manos de otros grandes chefs, siendo la del cocinero donostiarra la que marcará el kilómetro cero.
«Gracias a la discreta colaboración de Igor Zalakain su hija, Elena Arzak, no sospechó nada y se quedó muy impresionada cuando vio la reproducción exacta de la mano de su padre», destacan desde Casa Barqueiro. La escultura de la mano de Arzak, así como la de sus dos escuderos, Rogelio y Francisco Rial, fue realizada por el profesor de al Escola Mestre Mateo Óscar Aldonza y por Columba Vello, de la empresa Xaia Arte.

La puesta de largo de este paseo de la fama en el que «no hay huellas de manos en el cemento, sino manos tras ventanas de cristal», contó con la presencia del alcalde de Negreira, Manuel Ángel Leis Míguez, de la comisaria del Xacobeo, Cecilia Pereira, y con estudiantes del CEIP Compostela, quienes le ofrecieron un caluroso recibimiento a Elena Arzak.