Una gran estatua de aire en representación de la “injusticia” que cometen las multinacionales con sus prácticas laborales y medioambientales se ha erigido este jueves en la Alameda de Santiago de Compostela, ciudad que se convierte estos días en la capital de la economía para Europa y Latinoamérica con la celebración de la reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin).
“Queremos que haya una obligación legal para que las empresas a lo largo de todas sus cadenas de valor respeten los derechos humanos y el medioambiente y se garantice el acceso a la justicia a las víctimas de los abusos”, ha explicado Amaya Acero, coordinadora de la Plataforma por Empresas Responsables, entidad organizadora de unas jornadas en coincidencia con la reunión del Ecofin a partir de este jueves en la capital gallega.
En torno a una veintena de entidades se han reunido para reclamar a los responsables de economía de los gobiernos europeos y latinoamericanos que sean “ambiciosos” en la directiva internacional para regir la actividad de las empresas que operan en distintos países del mundo.
Según ha denunciado Acero, los términos de esta directiva que se negocian en estos momentos “se quedan muy escasos” a la hora de reclamar a estas multinacionales que cumplan con cuestiones relativas a la protección del medio ambiente o los derechos humanos y laborales de los trabajadores.