La Xunta de Goberno del Concello de Santiago ha dado luz verde este lunes al texto del Protocolo para el abordaje de las violencias sexuales y Lgtbifóbicas en espacios del ocio nocturno del municipio, con el objetivo de poner a disposición de las personas responsables y trabajadoras de los establecimientos una herramienta de apoyo, así como diferentes estrategias y recursos, para la prevención de situación de violencia sexual y/o Lgtbifóbica y, de ser el caso, para su detección, atención y actuación de forma coordinada y unificada.
La alcaldesa, Goretti Sanmartín, ha explicado en rueda de prensa que el gobierno municipal ha mantenido hasta el momento reuniones con el sector hostelero, a nivel policial y universitario y ha tenido “muy buena acogida” en todos los ámbitos, por lo que ya entra en vigor al contar también con el visto bueno de la asesoría jurídica.
Se trata de una hoja de ruta en la que se incluyen los criterios a seguir en caso de violencias sexuales o que atenten contra los derechos Lgtbi en todo el ocio nocturno.
Según ha detallado la regidora, con este protocolo habrá formación específica para las personas trabajadoras en este sector, para que puedan conocer “qué tienen que hacer y cómo tienen que actuar” ante situaciones de este tipo.
Así, Sanmartín hace un llamamiento a los establecimientos para que se adhieran a este protocolo, ya que es voluntario, aunque ha reconocido que “existe implicación” por parte de las principales asociaciones, por lo que espera que “la totalidad” de los negocios asociados se incluyan en él, así como cualquier otro local.
Estos establecimientos, además de recibir información y formación, tendrán un adhesivo para indicar que son un “lugar seguro”. “Queremos trasladar que la hostelería es un espacio de ocio seguros, tanto para las mujeres como para el colectivo Lgtbi”, ha expuesto.
Objetivos y actuaciones
Entre los objetivos de este protocolo, visibilizar y desnaturalizar las diferentes formas de violencias sexuales y Lgtbifóbicas que se pueden identificar en este contexto; generar una respuesta institucional “contundente” y disponer de un marco de actuación coordinado frente a esta problemática; facilitar y promover la creación de espacios de ocio nocturno seguros, libres e igualitarios; o desarrollar acciones para prevenir estos actos.
Además, todos los hechos ocurridos en el marco de este protocolo serán registrados para facilitar su seguimiento y evaluación.
Cuando se detecte una situación de este tipo, en primer lugar se protegerá y atenderá a la víctima; se respetará su decisión; o se rechazarán de forma “clara y contundente” todas las formas de violencia de este tipo, así como ante la persona que ejerce la violencia. Asimismo, se respetará la confidencialidad e intimidad y se proporcionará una respuesta “inmediata y coordinada” con el resto de agentes implicados en el circuito de actuación.