Las obras para convertir la antigua escombrera de residuos inertes de Aríns, en el lugar de Fornás, en Santiago, en una zona verde llegaron a su punto final tras la realización de los trabajos de sellado y clausura, con una inversión de cerca de 850.000 euros.
El pasado 19 de septiembre el Concello de Santiago se firmó el acta de recepción de las obras y ahora tan solo queda pendiente ahora la declaración definitiva de la clausura del vertedero, así como la aprobación del Plan de Vigilancia y Control post-clausura por parte de la Xunta de Galicia como órgano ambiental competente.
En los trabajos llevados a cabo en los últimos meses, se procedió a la adecuación y sellado del terreno, así como la clausura total de la antigua escombrera de Aríns, que estuvo en funcionamiento entre el año 1995 hasta el 2010. Con el proyecto finalizado, esta área cuenta ahora con un amplio espacio verde rodeado de un bosque de pinos. La superficie total del área es de alrededor de 32 hectáreas.
Durante estos meses se cumplieron con los objetivos marcados por el Concello de Santiago al inicio de las obras: el aislamiento de los residuos acumulados, la creación de capas de sellado estables en el tiempo mediante taludes de pendientes suaves, el control de las aguas superficiales para minimizar las escorrentías, la mejora de accesos para la conservación y vigilancia de polvos y la eliminación del impacto paisajístico del antiguo vertedero y la minimización de los posibles impactos ambientales.
Proceso de sellado
La técnica empleada para el sellado de terreno de Aríns consistió en el perfilado del territorio y la instalación de tres láminas, una de geotextil, una de polietireno y otra de geodrén, cubiertas por una capa de entre 30 y 40 centímetros de tierras seleccionadas, y por arriba otros 15 centímetros de tierras vegetales hidrosembradas. Además, en el perímetro también se incluyeron unas cunetas que recogerán las aguas superficiales, que pasarán a una balsa de decantación para eliminar los lodos hasta que la vegetación coja arraigo.
La lámina de polietireno actúa como capa de impermeabilización de los residuos, y la de geodrén es la que permite dar salida al agua superficial. Además, la cubierta vegetal que está creciendo en la actualidad favorecerá la evapotranspiración, lo que permitirá una menor erosión del suelo, minimizando el impacto paisajístico y reintegrado el vertedero a su entorno natural.
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