Santiago de Compostela acogerá entre el 23 y el 25 de mayo la sexta edición del Banquete de Conxo, una cita que combina cultura, historia y participación ciudadana. La celebración volverá a tener como epicentro la carballeira del barrio y contará, como en ediciones anteriores, con el Mercado do Libro, abierto a librerías, editoriales e ilustradores. El Concello ha aprobado ya las bases de participación y abrirá en las próximas horas el plazo para presentar solicitudes.
El mercado se ubicará en la plaza de Aurelio Aguirre, donde se habilitarán un máximo de 20 puestos en carpas de 5×5 metros, compartidas por varios expositores. La selección se realizará por orden de registro, con prioridad para personas o entidades con sede social en Santiago. El plazo para solicitar un espacio se cerrará el 5 de mayo.
Uno de los actos fundacionales del galleguismo
Más allá de la programación cultural, el Banquete de Conxo rinde homenaje a un episodio clave del siglo XIX, considerado uno de los actos fundacionales del galleguismo. El 2 de marzo de 1856, en plena crisis social y económica tras el «año del hambre» de 1853, estudiantes universitarios compostelanos organizaron un banquete simbólico con obreros y artesanos. Bajo el lema «Orden y fraternidad», les sirvieron la comida en la carballeira de Conxo como gesto de unión entre clases sociales, lo que despertó el rechazo de las élites y la intervención del ejército.
Figuras como Aurelio Aguirre, Eduardo Pondal o Luis Rodríguez Seoane participaron en aquel encuentro. Se cree que también acudieron Manuel Murguía, Paz Novoa e incluso Rosalía de Castro. Los discursos y brindis de aquella jornada, como el recitado por Pondal, fueron considerados subversivos. La Audiencia de A Coruña llegó a abrir procesos judiciales contra varios participantes, que finalmente evitaron la deportación gracias a la intervención del fiscal compostelano.
Con el paso del tiempo, el Banquete de Conxo ha adquirido un fuerte valor simbólico, vinculado a la defensa de la justicia social, la cultura y la identidad gallega. La celebración actual recupera ese espíritu original a través de actividades abiertas al vecindario, propuestas editoriales y una programación que recuerda aquel gesto histórico de fraternidad.