Las esculturas de Abraham e Isaac, atribuidas al Maestro Mateo y que originalmente formaban parte del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, estuvieron durante décadas en el Pazo de Meirás, propiedad de los herederos de Francisco Franco.
Las estatuas fueron adquiridas en 1948 al conde de Ximonde por 60.000 pesetas, tras haber sido retiradas de la Catedral durante unas obras. La familia Franco defendía que las figuras habían sido compradas de manera legítima por el dictador a un particular.
Tras un largo proceso judicial, estas esculturas regresarán a Santiago el 11 de diciembre. Serán trasladadas al Museo do Pobo Galego, recuperando así parte del patrimonio artístico y cultural de la ciudad.


