“Realidad aumentada” es la expresión que utilizamos hoy en día para describir el conjunto de tecnologías que permiten que una persona visualice imágenes del mundo real a través de un dispositivo que integra contenidos digitales como datos o imágenes complementarias. Hace varios años que se utiliza de forma experimental en la Facultade de Enfermería de Santiago y el resultado del trabajo realizado desde el curso 2019/2020 acaba de ser analizado por el profesor de ese centro Carlos Rodríguez Abad en su tesis “Impacto de la realidad aumentada en la adquisición de competencias del grado de Enfermería”.
La investigación fue dirigida por la profesora de la Facultade de Enfermería Raquel Rodríguez González, ya que fue en ese centro donde se desarrolló la experiencia con el estudiantado, y por la profesora de la Facultad de Ciencias da Educación Josefa del Carmen Fernández de la Iglesia, ya que en ese centro se diseñó la estrategia y se estableció la mejor forma de llevarla a la práctica. La colaboración entre las dos facultades permitió realizar así una investigación más completa.
Las experiencias con la realidad aumentada en la Facultade de Enfermería de Santiago comenzaron con el estudio de las úlceras de extremidad inferior, el tipo más común de heridas crónicas, que “constituyen un grave problema de salud a nivel mundial”, según indica el profesor Rodríguez Abad, quien recuerda que se espera “un marcado incremento de la prevalencia en los próximos años que puede constituir una amenaza para la salud pública y tensionar los sistemas de salud que tendrán que asumir un sobrecosto importante derivado de la atención a los pacientes que las presentan”.
Una metodología docente basada en la realidad aumentada se perfiló como la más adecuada para el aprendizaje de la valoración y tratamiento de estas úlceras, ya que es “una herramienta tecnológica prometedora en aquellos casos donde se necesite una visión tridimensional o inmersión en la práctica”.
La aplicación de las tecnologías de realidad aumentada para abordar las úlceras de extremidad inferior se realizó mediante el uso de tabletas y teléfonos móviles inteligentes y recientemente también se amplió su uso para el aprendizaje de la electrofisiología cardíaca y electrocardiografía. Carlos Rodríguez Abad constata que existen “dificultades técnicas para desarrollar materiales docentes”, por lo que este tipo de tecnologías no se utiliza aún de forma masiva, pero en los casos en que sí se hace “los resultados son prometedores” y se logra “mayor rendimiento académico, niveles más altos de motivación en el aprendizaje del estudiantado, trabajo más autónomo y una mayor atención a las explicaciones”.
El profesor señala que “el equipo de trabajo con el que iniciamos la experiencia con la realidad aumentada continúa avanzando, tenemos nuevas investigaciones pendientes de realizar”, y no descarta en el futuro que se pueda emplear la realidad virtual, “una técnica inmersiva bastante útil en el ámbito de las Ciencias Sociales”, o la inteligencia artificial.
Desde hace poco, además, la Facultade de Enfermería de Santiago cuenta con una sala de simulación en la que se recrearon escenarios como la atención de pacientes en los servicios de Urgencias o en su reanimación, lo que incrementa las posibilidades de utilizar las nuevas tecnologías para obtener mejores resultados de aprendizaje.