Santiago ultima su pionero protocolo contra violencia sexual y LGTBIfóbica en el ocio nocturno

El protocolo busca crear espacios "seguros, libres e igualitarios en la ciudad", ofreciendo una atención integral a personas que sufran estas violencias

Imagen de archivo de un local de ocio nocturno

El Pleno ordinario de diciembre tomará conocimiento del acuerdo de la Xunta de Goberno de Santiago en la que se ha aprobado el texto del Protocolo para el abordaje de las violencias sexuales y LGTBIfóbicas, con el objetivo de promover la creación de espacios de ocio nocturno seguros, libres e igualitarios en la ciudad, una iniciativa pionera, destacan desde el consistorio.

Entre los objetivos de este protocolo está implicar a todos los agentes, servicios y recursos en la corresponsabilidad de la respuesta ante las violencias machistas y, más concretamente, ante las violencias sexuales y LGTBIfóbicas, ofreciendo “una atención integral y de calidad a las personas que enfrentan esas violencias”.

Además, fomenta la respuesta ciudadana contra las violencias sexuales y LGTBIfóbicas, “potenciando una cultura de ‘tolerancia cero’ ante cualquier agresión machista y discriminatoria en los espacios de ocio nocturno y promueve la creación de espacios de ocio nocturno seguros, libres e igualitarios”, señala el ayuntamiento.

Con este protocolo se pone a disposición de las personas responsables y trabajadoras de los espacios de ocio nocturno herramientas de apoyo, estrategias y recursos, para la prevención de situaciones de violencia sexual o LGTBIfóbica y, de ser el caso, para su detección, atención y actuación de forma coordinada.

El Centro de Información a las Mujeres de Santiago de Compostela (CIM) impulsó este protocolo, que surge como respuesta a la demanda de uno de los principales agentes de ocio nocturno: las asociaciones profesionales de hostelería de la ciudad.

Aunque desde el ayuntamiento recuerdan que el ocio nocturno de Santiago de Compostela “se considera tranquilo, seguro y no masificado”, apuntan que “también es producto de la socialización patriarcal, donde se producen desigualdades y situaciones de violencias sexuales y LGTBIfóbicas”.

Los responsables de este protocolo consideran que “muchas formas de las violencias sexuales no son identificadas y socialmente está muy extendida la idea de que solo hay violencia sexual cuando se hace uso de la intimidación o de la fuerza física, cuando constituyen delito”. “Esta falsa creencia contribuye la invisibilizar otras formas que se producen en gran medida, pero también, a que socialmente se mantenga la percepción de una baja incidencia de las violencias sexuales en los espacios de ocio nocturno”, apuntan.

Espacios de aplicación

El ámbito de aplicación de este protocolo abarca tres tipos de espacios. Por una parte, estará en los establecimientos de ocio nocturno de titularidad privada abiertos al público, en los que se celebran actividades recreativas y en los que se ofrezcan a las personas usuarias productos o servicios con fines de recreo, entretenimiento u ocio, como son los bares, pubs, discotecas, salas de conciertos o bares musicales.

Por otra parte, también implica a aquellos eventos que aglutinan espectáculos y actividades recreativas abiertas al público, con independencia de la titularidad pública o privada de quien los organice, de su finalidad lucrativa o no lucrativa, y de su carácter esporádico o habitual, tales como fiestas populares, conciertos, festivales o espectáculos públicos nocturnos.

En tercer lugar, también abarcará al sector profesional del taxi; servicio que desarrolla parte de su actividad en horario nocturno y desde lo que también se puede contribuir en el abordaje de las violencias sexuales y LGTBIfóbicas.

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