El servicio de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario Hospitalario de Santiago (CHUS) vivió este martes otra jornada de colapso total: alrededor de las 15:00 horas había 63 pacientes —17 graves y 46 con el ingreso en planta firmado— esperando ingreso en los pasillos central y colindantes a pesar de que el nivel de ocupación de camas en aquel momento era de un 56% y el nivel de demanda del día fue más bajo que en otras jornadas previas.
La Asociación de Pacientes e Usuarios do CHUS ha denunciado que esta situación, que “daña el derecho fundamental a la dignidad e intimidad de los pacientes y los expone al riesgo de empeorar”, dista de ser anecdótica y se repite de forma habitual mientras los responsables del servicio y la gerencia “siguen banalizando la situación y olvidan que en ese pasillo murieron personas”.
“El maltrato asistencial a los pacientes y la presión laboral que sufren los profesionales se produce en el servicio de urgencias, pero su causa está en los despachos de la gerencia, que no ponen a su disposición los medios materiales y humanos necesarios para que aquellos que tienen el ingreso asignado pasen a planta y dejen los espacios libres para que los graves en espera de atención no tengan que esperar en los corredores a ser atendidos”, denuncia la asociación.
Asimismo, señalan que la responsabilidad de la gerencia “va más allá”, toda vez que “permiten que los centros de salud de atención primaria del área sanitaria soporten cada vez una mayor carga de atención con demoras para una cita presencial de entre 6 y 17 días, dejando de ser, para una gran cantidad de personas, una alternativa de atención que finalmente termina en el servicio de urgencias”.