Una imagen insólita en el Casco Histórico de Santiago corre como la pólvora por las redes: la de un grupo de personas que decidieron montar un improvisado picnic en plena Rúa da Virxe da Cerca. La fotografía, difundida desde la cuenta de Instagram Compostela Resiste, ha reabierto el debate sobre los comportamientos incívicos en la ciudad.
En la imagen se distingue a cuatro personas sentadas en sillas plegables, con neveras portátiles y comida desplegada como si de un merendero se tratase. El escenario, a las puertas de la EASD Mestre Mateo y a pocos metros del Mercado de Abastos o de parques como el de Belvís, provocó un torrente de comentarios. Muchos se preguntaban si eran turistas, peregrinos o simples paseantes que no quisieron esperar para saciar el hambre.
La publicación recalcaba que la acción no constituye ninguna infracción, pero la sorpresa ante esta práctica fue general. No es la primera vez que se ven comportamientos de este tipo en la ciudad en los últimos años: ya ha habido picnics improvisados en el Obradoiro —cámping gas incluido— o en la dársena de Xoán XXIII. Estas prácticas se suman a otras que también han generado críticas, como los cánticos de los grupos de peregrinos al entrar en la ciudad o las acampadas improvisadas en pleno Casco Histórico.