Antonio Ibáñez y Marian Diéguez fundaron ‘Noroeste Obradoiro’ en 1993. Jose Castro (Santiago de Compostela, 1979) tomó el testigo de sus maestros y ha hecho que este tradicional taller de joyería, situado ahora en la Rúa Travesa, llegase a lo más alto al conseguir el Premio Nacional de Artesanía de 2021. No es el primer galardón que consigue esta artista santiaguesa, que ya en 2016 recibió el Premio Artesanía de Galicia.
La idea original de los impulsores era presentar en la galería la obra propia y la de otros autores relevantes del noroeste peninsular, tanto de Galicia como del norte de Portugal, Asturias o León. De ello es fruto el nombre escogido para este afamado y pequeño negocio, una palabra que es igual en las tres lenguas, gallego, portugués y castellano: «Noroeste». Esta previsión se sobrepasó en poco tiempo, pues durante años se expuso la obra de autores internacionales ya establecidos.

Jose Castro conoció a Antonio y Marian cuando tenía 16 años. «Fueron los que convencieron a mis padres para que estudiase joyería, tutorizaron mi formación y buscaron las escuelas», relata la artesana, que rememora que ganó un premio literario y le compró una pieza a Antonio, que se la despachó Marian. A ella ya le gustaba el diseño y el arte aplicado, pero desde entonces ellos cultivaron su pasión.
La actual gerente del taller estudió Joyería en Barcelona durante cuatro años y acabó en Toronto (Canadá). En Inglaterra cursó Diseño Aplicado y en Estados Unidos el Curso de Orientación Universitaria (COU) en la modalidad artística. Regresó a la capital gallega con 26 años y empezó a hacer exposiciones en ‘Noroeste’. Tardó solo «un par de años» en hacerse socia. Marian falleció hace doce años y Antonio está jubilado, pero la visita diariamente.
Cercanía y transparencia
«Somos un taller pequeñito que aspira a segur siendo muy pequeñito», sostiene Josefa, más conocida como Jose. Su local tiene 120 metros cuadrados en los que diseña, manufactura y vende. «De alguna manera, cuando entras se ve todo el proceso de producción, porque todo se hace aquí». No duda que esta estructura supone un valor añadido.
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Y es que «todo se hace a mano, no hay un proceso industrial» y conoce «muy bien» a todos sus clientes, pues el tamaño reducido de su negocio le permite un gran nivel de cercanía. Además, la producción se hace íntegramente en Santiago. El valor de lo artesanal reside en vivir «de una pequeña producción» y en que «cada pieza tiene una impronta personal muy potente».
«Noroeste busca la excelencia. Dentro de la excelencia hay innovación», explica Castro, quien, sin embargo, rechaza el «innovar por innovar». Bien es sabido que lo que más pesa en este taller es la tradición. «Nosotros usamos las técnicas más ancestrales, lo que pasa es que aplicamos la joyería a una forma muy contemporánea», detalla. La forja en frío, la soldadura o el engastado son algunos de los procesos que repite día tras día.
«Un estilo limpio»
A la hora de definir su estética, esta creadora subraya que el de ‘Noroeste’ es «un estilo limpio y adecuado a la mujer actual». A su juicio, la premisa principal para elaborar un buen diseño en joyería es la misma que en cualquier disciplina: «que tenga armonía y concordancia con la función para la que esta hecha», pues «una mesa tiene que sostenerse y una joya tiene que ponerse». Así, apunta a que se le pueda dar a una pieza «el valor estético» que uno considere necesario para ella.
«Nuestros criterios no son los de la moda», resalta la galornada, que siempre ha llevado su línea de diseño, sin alterarla. «El resto de la joyería tiene su diseño que se mueve con la moda, por lo que va en función a lo que esté de moda ese año, pero nosotros nos movemos con el dieño y un buen diseño no varía en función de modas», destaca.

Precisamente, afirma que lo más duro de su trabajo es «la resistencia a lo largo del tiempo», pues no es sencillo «el aguantar una empresa pequeña que hace tantas funciones». «Normalmente la mayoría de las empresas diseñan o manufacturan o venden. Nosotros hacemos todo y a veces se hace complicado», explica.
La colección premiada
La colección ‘Línea’ ha sido la reconocida con el Premio Nacional de Artesanía, en la categoría Premio Producto. Se trata de una serie «muy extensa» y «antigua», pues Jose lleva más de diez años trabajando en ella y consta de multitud de piezas, de plata y de oro, con pequeñas piedras de color. Tiene como elemento básico la línea y son joyas «muy sencillas», que siempre se basan en esa marca.
El jurado ha valorado «la calidad técnica y formal, la adaptación al mercado y la potencialidad comercial, la capacidad para transmitir a la sociedad valores positivos relacionados con la artesanía», contribuyendo a «su promoción y valorización y la responsabilidad social y ambiental». También tuvo en cuenta «la creatividad e innovación, aplicadas a los valores conceptuales, formales y técnicos», el diseño, el desarrollo de producto o las estrategias comerciales».
