La Guardia Civil del puesto de A Laracha, en la provincia de A Coruña, incautó once kilogramos de pulpo a un furtivo en la localidad de Caión.
Los hechos sucedieron cuando agentes que realizaban un servicio de prevención del furtivismo y vigilancia de la costa observaron una boya de pesca submarina a unos 40 metros de la costa en la zona de A Curviña en Caión, un día inhábil para este tipo de práctica.
Los guardias civiles realizaron una espera e interceptaron después a la persona que estaba pescando cuando se disponía a cambiarse junto al vehículo de su propiedad.
En el momento de la identificación se le informó de que no podía realizar pesca submarina los días de semana, y este manifestó que había adquirido el traje unos días antes y estaba probándolo.
En el reconocimiento de la zona que hicieron los agentes encontraron varios pulpos tirados con la cabeza dada la vuelta para que murieran. Uno de ellos era de talla inferior a la permitida y también había una sepia aún viva, pero agujereada por el arpón.
Cuando se le solicitó la correspondiente autorización administrativa para la práctica de este tipo de pesca, indicó que no la poseía.