La Casa Cornide ha reabierto sus puertas al público este lunes. Lo hace después de haber sido declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) y con dos años de retraso, pues la familia Franco se ha negado a cumplir con los requerimientos que implica esta distinción.
Este palacete del siglo XVIII propiedad de la familia del dictador ha contado con sus primeras visitas limitadas, eso sí, a cinco personas por cada turno de entrada.
Las personas que pudieron acceder en esta primera jornada de puertas abiertas, salieron por las mismas con reacciones muy similares y de cierta decepción, pues el edificio se encontraba «vacío», «sin muebles».
La sorpresa fue mayor para algunos, al darse cuenta de que había «un montón de papeles con membrete de la Jefatura del Estado». Una de las personas que pudo entrar en esta villa aseguró que parecía que «lo hubiesen dejado aposta».
Frente a la vivienda y durante el horario de visitas, la Comisión Aberta en Defensa do Común de A Coruña había convocado una protesta para reclamar «la devolución de la Casa Cornide», pues aseguran que José Cornide la habría dejado en herencia a la ciudad y la familia Franco habría realizado «un robo organizado» sobre la misma. Así lo han calificado desde la plataforma.
Hasta el lugar también se desplazaron la alcaldesa, Inés Rey, y el portavoz del BNG, Francisco Jorquera. Lo hicieron junto al historiador Alfredo Vigo y Rubén Centeno, representante de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica. Ellos realizaron la primera visita al inmueble, tras la cual la regidora de la ciudad ha calificado su apertura como «importante, pero non suficiente», pues asegura que desde el Concello de A Coruña «non nos conformamos cun acceso limitado nin co cumprimento mínimo da lei».
Desde este lunes la Casa Cornide podrá ser visitada, aunque con limitaciones, pues abrirá únicamente los lunes de 09:00 horas a 13:00 horas y en ese período podrán acceder un total de 20 personas. Este horario es el requisito mínimo de visitas establecido por el Ministerio de Cultura para lugares declarados como Bien de Interés Cultural.