Álex López: “Soy hombre de proyecto, quiero quedarme en el Racing”

El ferrolano se ha convertido en una pieza fundamental del vestuario y en un símbolo del racinguismo

El capitán del Racing de Ferrol, Álex López | TINI FOTOGRAFÍA

Alejandro López Sánchez (Ferrol, 1988) es el capitán y el peso pesado por excelencia en el vestuario del Racing de Ferrol. A sus 36 años, sigue deleitando a los aficionados con su fútbol siempre que tiene la oportunidad. Consciente de que no le queda mucho tiempo sobre los terrenos de juego, afronta el futuro con tranquilidad y con una máxima: el Racing por bandera.

—Cuándo jugabas en la Gándara en las categorías inferiores del Racing, ¿te veías aquí como un símbolo del equipo?
—La realidad es que no. Cuando somos niños tenemos la ilusión de poder ser futbolistas y yo desde muy jovencito empecé a destacar. Con 15 años, subí al primer equipo a hacer la pretemporada y una vez que ahí, lógicamente hay diferencias, pero empecé a darme cuenta de que podía llegar a ser futbolista y a llegar al primer equipo del Racing.

—¿Cómo te sentías en ese momento? ¿Eras consciente de dónde estabas?
No eres muy consciente porque lo tomas con naturalidad. Lo más importante y lo que más intentaba era no cambiar demasiado mi forma de ser o de actuar, que a veces eso también es lo más complicado. Tuve la suerte de que siempre me acogieron bien y en mi caso, ayudó el jugar bien al fútbol para hacer más sencilla la transición o entrar en el equipo.

—De aquella época surgen Guillermo Agulló, Otero… ¿qué recuerdos tienes hacia ellos
Los mejores recuerdos de mi carrera, les tengo un cariño enorme. Lógicamente hay que diferenciar cuando ya eres profesional o cuando estás en formación, pero en mi caso son amigos. Mi grupo de amigos los hice gracias al fútbol y nos seguimos reuniendo siempre que podemos. En el caso de Agulló fue la persona que más confió en mí y la que más me enseñó y Otero era como un padre, siempre nos dio mucho cariño. Aquella época fue inolvidable, no solo para mí, sino para todos los que formamos parte de aquello.

“A mis padres les debo todo. Los finde de semana sólo estaban paara mí” 

—En tu época con la Selección Española, faltabas mucho al colegio, los profesores ¿te ayudaban? ¿Qué le dirías a los profesores de hoy en día si tienen un caso como el tuyo?
—Casi todos lo veían bien, pero no todos. Es normal, los profesores intentan controlar que la gente no falte y en mi caso me perdía muchas clases. Los entrenamientos eran tres días por semana y hacían bastantes. Yo jugaba en el San Rosendo o en el Racing y que me viesen el fin de semana era muy complicado, así que iba a casi todos los entrenamientos. Es clave la comunicación entre club y colegio porque si un chico destaca y tiene la posibilidad de poder ir a la Selección Española es un logro importante. Es importante que no se deje de estudiar, no es dar concesiones por dar, sino facilitar que se puedan compaginar las dos cosas.

—¿Qué opinas de los padres que castigan a los hijos sin deporte cuando no cumplen con los objetivos académicos?
—Ahora que soy padre, no me gusta mucho aconsejar porque igual dentro de unos años hago lo mismo. Cada caso es diferente, en el mío no lo vería bien. Es importante hacer deporte, no sólo por lo físico, sino a nivel de relaciones y de valores, pero hay que hacerles entender que hay que estudiar y formarse. Un porcentaje muy bajo llega a vivir de esto y eso también es para los padres que exigen a sus hijos ser los mejores. Eso también es perjudicial para los niños.

—¿Qué significan para ti Ángeles y Luis?
—Lo son todo. Son mis padres y el mayor apoyo que he tenido siempre. Esto no es fácil, te tienen que llevar a entrenamientos y partidos y en mi caso, cuando era niño compaginaba fútbol sala y fútbol 7, lo que significaba que el fin de semana sólo estaban para mí. Lo más importante son los valores que me enseñaron y me transmitieron. Cuando me fui del Celta hubo una cosa que me marcó, toda la gente dijo, aparte de valorarme futbolísticamente, que era muy buena persona, eso se lo achaco a ellos, no tengo ninguna duda. Hablo con ellos todos los días, varias veces. Para mí son personas especiales, importantísimas, les debo todo.

—De pequeño ya apuntabas maneras como gestor deportivo porque te encantaba jugar al PC Fútbol, ¿qué recuerdos tienes de aquello?
—Se metían mucho conmigo en el colegio porque me encantaba jugar y siempre que me dejaban estaba jugando. Siempre me gustó mucho la gestión de equipos, fichar y todo eso y el PC Fútbol fue un videojuego que fue un boom en ese sentido. Era una maravilla jugar.

“La calidad de vida que hay aquí no la hay en ningún sitio, hay que valorar lo que tenemos”

—Viendo tu carrera en perspectiva, ¿imaginabas llegar a donde has llegado?
—No, pero siempre tuve confianza en que podía lograrlo. Desde que empecé, tuve la fortuna de debutar muy joven con el Racing en Segunda, pero no conseguí dar el paso siguiente de establecerme en el primer equipo. Me fui al Narón, a Tercera y aunque pudo parecer un paso atrás, para mí fue lo mejor que me pudo haber pasado. Llegué a un club especial, tanto con Chis como con Luis Miguel, que eran los entrenadores, como con los compañeros que tuve. Me enseñaron muchísimo, aprendí lo que es realmente tener que levantarte a las 6 de la mañana, trabajar y luego ir para el entrenamiento e ir con una ilusión tremenda. Para mí eso fue un aprendizaje brutal. Cuando miras un poco en perspectiva, es mucho más fácil decir hubiese tomado una u otra decisión, pero con esta acerté.

Esta etapa me permitió irme al filial del Celta donde viví una temporada espectacular y debuté con el primer equipo. Al año siguiente, llegó un entrenador que desde la pretemporada apostó por mí y ya en la primera semana me dijo “tú no vas a volver a jugar con el filial, vas a estar aquí”. Y así fue mi etapa en el Celta. Durante ese tiempo tuve la posibilidad de irme a grandes clubes, nunca quise y nunca forcé la situación para marcharme. Después, la cabeza me hizo ‘clic’ y necesitaba salir y me voy a Inglaterra, que es al único sitio que quería ir, al fútbol inglés. Con el Sheffield por un gol no subimos a Premier y ahí tomo la decisión de volver a España y vuelvo al Valladolid, que también era un proyecto para subir, pero no se consigue el ascenso. Rescindo entonces contrato con el Celta y ficho por el Sporting y es cuando vivo un momento crucial en mi carrera.

—¿Qué pasó en el Sporting y cómo acabas volviendo a casa?
—En el Sporting tuve una lesión muy grave en la espalda. Aunque suena un poco brusco hubiese preferido tener un cruzado porque tuve una lesión de espalda que la gente no controla y no había plazos. Tenía un dolor tremendo, daba un paso y me dolía. Se me juntó todo porque justo coincidió que nació mi primer hijo. Al final, con unas infiltraciones epidurales, después de no sé cuantos meses, mejoré muchísimo y me permitió terminar jugando pero sin participar mucho.

Ahí ya tenía muy claro que quería volver a casa, pero el club bajó a Tercera, yo no sabía cómo iba a estar de la lesión y no quería ser una carga. Tuve opciones de Segunda y mi idea era estar lo más cerca posible de casa… pues me acabé yendo a Australia (risas). Después de valorarlo mucho en casa, dijimos: ‘la última experiencia que igual podemos vivir’. A nivel deportivo era lo que necesitaba, una Liga muy exigente a nivel físico, con un entrenador, John Aloisi, que me quería y que sabía que me iba a dar bastante participación. Era el sitio idóneo para recuperar sensaciones y dar el siguiente paso que no era otro que volver al Racing. Es muy sencillo decir quiero volver, pero tenían que quererme. Lógicamente estoy muy agradecido a Carlos Mouriz que apostó por mí, me dio la confianza y me permitió involucrarme en este proyecto.

“Me llamó el Real Madrid, pero yo quería jugar en el Racing”

—Hablas de decisiones, cuando eras pequeño vino el Atlético de Madrid, el Real Madrid… ¿por qué no tomaste la decisión de marcharte?
—No me fue ni difícil tomar la decisión de quedarme. A pesar de todo lo que me vino, quería llegar al primer equipo del Racing, jugar aquí y vivir lo que vivía cada fin de semana desde la grada viendo a jugadores como Manu Miranda o Manel, que lograron ascender a Segunda. Siempre estuve agradecido al Racing porque me hizo un buen contrato, pero lógicamente las cantidades varían mucho. Con 15 o 16 años podía haber sido millonario porque había clubes que sólo por firmar nos daban muchísimo dinero y las propuestas que nos hacían a mí y a mi familia eran para no rechazar, pero nunca me costó decir que no.

Tengo una anécdota que no me olvido, un día estaba en cama y me viene mi madre con el teléfono y me dice: “Jandro que te llaman”. Cojo el teléfono y me dicen: “Soy fulanito, del Real Madrid”. Y yo: “Vale”. Y me dice: “Pero que te estoy llamando del Real Madrid” y yo: “Vale, vale”. Entonces el hombre ya me dice: “Nos gustaría que vinieses, que te incorporases…” y yo le respondí: “Bueno lo tengo que pensar…” Y claro, me dijo: “Como pensar, que te estamos llamando del Real Madrid…”. (Risas) Recuerdo que siempre que iba a la Selección, los compañeros que tenía del Madrid o del Barça, venían con mensajes de sus equipos para que me fuera para allí y yo nada. Iba a la Selección Española y la primera vez que fui jugaba en el San Rosendo.

Álex López en el partido contra el Sporting de Gijón | TINI FOTOGRAFÍA

—Siempre ese amor por Ferrol, ¿qué tiene Ferrol? ¿por qué tenemos este sentimiento?
—Es difícil explicarlo con palabras. He tenido la oportunidad de estar en grandes ciudades, de conocer otros países y continentes, pero lo que tenemos aquí, la tranquilidad, la calidad de vida, no la hay en otros sitios. Nos cuesta darle valor a esto, aunque estamos dando pasos hacia delante de querernos más y valorar mucho más lo que tenemos. Nos empeñamos en comprarnos con otros sitios y al final, eso hace que pierdas la perspectiva de lo que tienes aquí. Cuando vienen los chicos nuevos, les explico, igual vienen de ciudades grandes y les digo “aquí tienes de todo, buenos sitios para ir a comer, puedes ir a la playa, dar paseos, comprar, tienes absolutamente todo”.

Recuerdo cuando vine, había muchos compañeros que no vivían en Ferrolterra y ahora viven casi todos, hasta han comprado pisos. Y eso es una parte positiva. No es una cabezonería lo de que tengan que vivir aquí porque sí, es que considero que también es importante que te involucres con la ciudad, que conozcas a la gente, que veas lo que tienen que pasar y eso ayuda a que teinvolucres mucho más en el proyecto deportivo. Parece que no, pero si tienes afinidad, luego ese sentimiento va a mayores.

—Como capitán y peso pesado del vestuario ¿cómo vas metiendo a toda esta gente que ha venido al club y que parecen ferrolanos?
—Eso es una cosa buena del que firma a los jugadores, en este caso de Carlos Mouriz, que le da mucha importancia al tema personal. El mérito es de los que llegan porque al final ellos son los que ponen las ganas, los que quieren adaptarse y conocer Ferrolterra. Yo les puedo decir misa, pero si no ponen de su mano no sirve de nada. Siempre que viene un chico nuevo, le mando un mensaje de bienvenida y les digo lo mismo, que vienen a un sitio espectacular y que van a estar super cómodos. Y es una realidad, los que vienen terminan estando muy cómodos. Fran (Manzanara), Jesús (Bernal), Jon, Gianfranco, David Castro, aunque es gallego, también, y así más. Pero es mérito de ellos porque hacen por adaptarse y les sale de forma natural. Es la parte buena que tiene este vestuario y este equipo. Es de lo que siempre hablamos, a nivel personal son chicos fantásticos y que ponen de su parte para involucrarse con todo lo que rodea al club.

—A nivel equipo y a nivel ciudad, ¿qué está pasando?
—No sé exactamente, pero es lo que buscábamos. Estamos en el mejor momento de nuestra historia reciente a nivel social. Lo que se ve en la ciudad es una pasada, ves a niños con la camiseta del Racing de Ferrol y no hablan de quiero ser Mbappé o Bellingham, ellos quieren ser un jugador del Racing y jugar en el Racing. El racinguismo siempre existió, pero vivimos épocas muy complicadas y estuvo absolutamente dormido, necesitaba una llama que lo despertase y se dio de forma natural. El momento que la gente hizo ‘clic’ fue en Vigo, con los vídeos que salieron en todos lados. Empezó a entrar curiosidad y a despertar ese sentimiento de orgullo de pertenencia, de ser del Racing de Ferrol y de todo lo que transmite. Ese es un objetivo que tenemos como club, seguir creciendo. Muchas veces se dice, “la gente es una ‘subecarros’ o porque está de moda ahora”, me da igual, eso es meter la semilla ahí y que eso ya que crezca. Eso es lo que estamos haciendo y es lo que más orgulloso me hace sentir, que la gente tenga ese orgullo y ese sentimiento de pertenencia.

—Gran crecimiento social, pero ¿qué más tiene que cambiar?
—El club tiene que crecer a nivel de infraestructura, en este caso de la ciudad deportiva. Es importante que la gente entienda que la ciudad deportiva no es solo para el Racing de Ferrol, es bueno para la ciudad y para representar a toda la comarca. Antes todo lo que era Racing de Ferrol era malo, no nos podíamos ayudar y creo que eso también está empezando a cambiar. Somos el club de la comarca más representativo a nivel futbolístico y tenemos que poner todo de nuestra parte con los demás clubes para ir de la mano.

—En el Racing de Ferrol, ¿ya te retiras?
—Sí, eso lo tengo muy claro. En el momento que desde el club me digan que no me ven capaz de seguir ayudando desde dentro, lo dejo. Es mi último club, no tengo pensado seguir jugando.

—¿Para cuánto tiempo tenemos a Álex López?
—No lo sé, a día de hoy me encuentro bien y a gusto. Termino contrato este verano y dependerá un poco de como vaya, si siento que puedo seguir aportando seguiré un año, no creo que lo alargue más. No quiero ser un estorbo para el club. Por ahora sigo metiéndome con ellos y les digo que el viejo todavía sigue dando la lata a los chavales. Ya veremos, por ahora a disfrutar el día a día. Lo que pueda pasar en el futuro no es algo que me dé miedo, estoy preparado para la transición.

—¿Y cuándo cuelgues las botas?
—A mí me gustaría seguir en el club, me siento capacitado para poder aportar cosas, pero los que mandan son Carlos e Ignacio (Rivera). Considero importante que gente que ha contribuido al crecimiento del club esté dentro, es más fácil que entienda lo que significa y que lo transmita. Lógicamente a mí me gustaría seguir involucrado en este proyecto. Ahora tengo la fortuna de poder hacerlo desde dentro del campo, pero luego me gustaría seguir ayudando a que el club crezca porque todavía tiene mucho potencial y mucho margen.

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