Morriña, la taberna polaca que se viste de verde

Su propietario, Iago Blanco Liaño, es un racinguista de cuna asentado en Polonia: “No me perdí ni un partido”

Iago Blanco Liaño, propietario de la Taberna Morriña en la ciudad polaca de Poznan.

Iago Blanco Liaño (4 de julio de 1991) regenta la Taberna Morriña en Poznan (Polonia). Este exjugador de las categorías inferiores del Racing de Ferrol y ferrolano de pura cepa está, por el momento, asentado en Polonia, pero eso no impide que siga muy de cerca al club de su vida. Junto a su mujer, Ewelina, viajan siempre que pueden a la ciudad departamental y no se pierden ni un solo partido del conjunto verde por televisión. Socios de preferencia, este año han visitado La Malata para disfrutar del encuentro ante el Racing de Santander e hicieron lo propio viajando al José Zorrilla para ver el triunfo racinguista ante el Valladolid. Una temporada brillante para el conjunto verde que a Iago le tocó vivir desde la distancia.

¿Hasta cuándo estuviste en las categorías inferiores del Racing? ¿Cómo recuerdas aquella etapa?

Jugué desde alevines hasta cadetes. Me acuerdo cuando quedamos campeones gallegos en alevines y el ascenso que conseguimos en infantiles. De la época de cadetes tengo muy buenos recuerdos. Jugamos Liga Gallega y me acuerdo de jugar contra el Deportivo y ganarle dos veces. El segundo año fui capitán con el entrenador Don Alfredo Pascual, una bellísima persona que años después falleció tras una larga enfermedad. Tengo muy buenos recuerdos, sobre todo, de ascensos, victorias importantes, viajes…

¿Y en juveniles, qué pasó?

Ahí me quedé bastante dolido. Cuando pasé de cadetes a juveniles, hubo a dos compañeros más y a mí que nos descartaron. Nos fuimos al Narón y no hay mal que por bien no venga porque la verdad que nos fue muy bien. El último año en el club, más o menos durante un mes, tuvimos la oportunidad de entrenar con Manel, Álex López, Diego Rivas, Cuéllar… Tenía 18 años y al final, entrenar con ellos y verlos a mi lado, aunque nunca jugara a nivel profesional, es un recuerdo que me quedará para siempre.

Como racinguista, ¿qué recuerdo tienes grabado completamente en tu memoria?

El ascenso del 2000 y el del año pasado. De los otros ascensos, me acuerdo, sobre todo, del 2004 cuando fui con mi padre al Cerro del Espino para jugar contra el Atlético de Madrid B. De los demás, aunque también están ahí, fueron diferentes porque no era volver al fútbol profesional. También me quedó bastante grabado el descenso del 2008, cuando ganamos al Castellón (1-0) y por el resultado del Celta-Alavés terminamos bajando con 50 puntos.

Hablando de ascensos, el año pasado tu mujer y tú estuvisteis en La Malata después de un largo viaje, ¿cómo recuerdas aquel día?

Fue una fiesta total. Acabé emocionado y se emocionó ella también al verme a mí. Ahora es una enamorada del Racing, se sabe todas las canciones, ve todos los partidos y sufre hasta más que yo (risas). El viaje fue largo, pero merecieron la pena todos los aviones, trenes y buses que tuvimos que coger para llegar a tiempo. En el partido sufrimos mucho, el primer gol tardó un poco en llegar, pero luego cuando se marcó el segundo… fue una explosión total de alegría. No recordaba nada parecido desde el año del Ceuta. Tenía 9 años, pero me acuerdo como si fuera ayer.

Y el racinguismo desde la distancia… ¿Cómo lo vives?

Estoy siempre pendiente de toda la actualidad. Por Twitter, ahora X, me entero de todo. A veces, hasta me entero antes que mi familia de fichajes o rumores porque estoy muy pendiente. No me perdí ni un partido. Este año, al estar en Segunda, dieron los partidos en un montón de canales y aplicaciones así que desde cualquier sitio conecto el móvil con el ordenador y no me los pierdo. También los pongo en el bar, aunque la gente no sabía quién jugaba (risas). En la Taberna tengo la camiseta y la bufanda colgadas. A veces pensaban que era del Celta porque veían el escudo como la cruz de Santiago y yo les decía, “no, no, es el Racing de Ferrol” y muchos amigos y clientes se interesaban y se acabaron aficionando.

Entre esos clientes… ¿qué te pasó un día?

La camiseta que tengo con la firma de los jugadores me la regaló el Racing. Unas semanas antes del ascenso a Segunda División del año pasado vinieron dos señores a la Taberna y me dijeron al ver que había cosas del Racing “el Racing de Ferrol”. Empezamos a hablar y les pregunté si conocían al equipo y resultó que eran los representantes de Heber, Carlos Vicente, Quique Fornos… tenían a 5 o 6 jugadores del equipo. Hicieron gestiones y me mandaron la camiseta. Uno de ellos viene habitualmente por aquí porque en la Liga polaca también tienen a jugadores españoles. Cuando vino antes de Navidad le pedimos encarecidamente que no “nos robaran” a Carlos Vicente, que nos lo dejasen hasta final de temporada, pero ya nos dijo que era imposible, que se iba a marchar. Mi mujer y yo intentamos que se quedase hasta el último momento, con mensajes y audios, pero no pudo ser (risas).

¿Cómo viviste esta temporada del Racing?

Siento que me pasó como a mucha gente que nos quedó un mal sabor de boca porque nos hicimos muchas ilusiones al quedar segundos la primera vuelta y salvarnos en marzo. Al final, sabemos de dónde venimos, pero una vez que estamos ahí arriba nos acostumbramos. Una ciudad pequeña como Ferrol y estar peleando contra transatlánticos como Espanyol, Tenerife, Oviedo, o Elche, Valladolid y Sporting, a los que ganamos los dos partidos… todos estos son equipazos. Fue una gran temporada. Fastidió mucho porque hubo partidos, como ante Zaragoza o Leganés, que piensas “si hubiéramos arrancado algún punto más ahora estaríamos en playoff”, pero bueno creo que se están haciendo las cosas bien y hay una buena base detrás entre Mouriz, Parralo y el Grupo Élite. Si siguen así las cosas y se ficha bien ¿por qué no repetir la temporada pasada?

¿Cómo ves la continuidad de Cristóbal?

No se puede negar que lo hizo muy bien y es muy buen entrenador. Ascendimos a Segunda División quedando primeros en 1ª RFEF. Los resultados están ahí. Pensaba que no iba a renovar, que se había terminado su tiempo en el Racing, pero por lo que parece confía en el proyecto. Creo que Mouriz, Ignacio Rivera y él se guardan algo, que algo hay por ahí. Como dijo Mouriz en rueda de prensa “a Rivera le gusta soñar y sus sueños siempre se cumplen” pues a ver qué sueños son esos y ojalá algún día nos toque ver a nuestro Racing en Primera División.

¿Qué es lo que más echas de menos de Ferrol?

Sin duda la familia, los amigos, el mar, que se echa mucho de menos y por supuesto, el Racing. Nos hicimos socios de preferencia al ascender. Supongo que mi mujer será la primera socia polaca en la historia del Racing (risas). No pudimos ir a muchos partidos, pero vamos a renovar el abono y con ganas de que empiece la temporada y a ver si este año podemos ir a alguno más. Además, este año tenemos más motivación al jugar contra el Deportivo, que hace muchísimos años que no jugamos contra ellos en Segunda División.

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