“En un pueblo donde perder es lo normal”, como dicen Los Limones, perder ha dejado de ser lo normal. El Racing de Ferrol se ha encargado, en cuestión de meses, de cambiar la tendencia pesimista de una ciudad muy castigada por el exilio poblacional y por la falta de oportunidades laborales, a una felicidad que se deja ver en cada rincón de las calles ferrolanas. Lo que ha ocurrido en Ferrol bien podría ser digno de estudio como uno de los fenómenos sociológicos más recientes porque, aunque parezca exagerado, los ferrolanos han demostrado que el buen hacer de su equipo ha unido más que nunca a la ciudad.
El Racing de Ferrol cerró su campaña de abonados con 8.613 socios, lo nunca visto hasta la fecha en el club ferrolano, y los carteles de “no hay billetes” son cada vez más habituales en las taquillas de A Malata. Como dato, el club se ha visto obligado en varias ocasiones a poner a disposición de los aficionados entradas de visibilidad reducida en tribuna y preferencia con el objetivo de dar cabida a más aficionados.
¿Cuáles han sido las claves para que este equipo haya conseguido cambiar el rumbo de toda la ciudad?
El Racing es el equipo revelación de la Segunda División. La campaña irreprochable que están haciendo los pupilos de Cristóbal Parralo ha logrado que el racinguismo esté más vivo que nunca. Uno de los mejores Racing de la historia, un equipo solidario, que trabaja en bloque y que, a pesar de no tener una plantilla demasiado extensa, consigue rendir en todas las posiciones y hacer que cada jugador se sienta importante.
El grueso del equipo que consiguió el ascenso a Segunda la pasada temporada se mantiene y los nuevos fichajes han encajado a la perfección en la dinámica del club. Se definen como una ‘familia’ y así se lo hicieron saber los pesos pesados del equipo, como Álex López o Heber Pena, a los que llegaron nuevos este año.
Esta ‘familia’ ha conseguido llevar en volandas a una ciudad en la que ya no es raro ver a aficionados en la grada que lejos de ser demasiado futboleros, sí apuestan por apoyar al equipo de su ciudad. Se ha generado un gran sentido de pertenencia y el Racing se ha convertido en una seña de identidad para todos los ferrolanos. A esto ha ayudado la unión que se siente en cada partido en A Malata entre jugadores y afición.
La cercanía de este grupo con sus aficionados, en especial con los más pequeños, ha provocado que los colegios de toda la comarca estén llenos de niños con camisetas del Racing. No importa que enfrente esté un equipo de Primera División con jugadores de renombre, como sucedió en el partido de Copa del Rey ante el Sevilla, en la grada la pancarta más grande reclamaba la camiseta de Jesús Bernal. Los jugadores se han convertido en ídolos para niños y no tan niños y su accesibilidad y cercanía han logrado que toda la familia acuda a cada partido en A Malata.
Este apoyo incondicional desde la grada ha sido uno de los motivos que han llevado al Racing a firmar un año sin perder en casa. Desde aquella derrota contra el Alcorcón el pasado 17 de diciembre de 2022, el equipo verde firmó 17 victorias y 6 empates en su feudo cerrando el 2023 con un triunfo ante el Tenerife (3-1). A Malata logró ser un fortín inexpugnable en Liga durante 13 meses. Un hito para el equipo ferrolano.
La precaución y el sosiego siguen siendo las premisas principales dentro del equipo. La temporada pasa por conseguir la permanencia sin apuros, objetivo que se ve cada vez más cerca. A estas alturas, el que más y el que menos sueña con aspirar a algo más. La afición está ilusionada y quién sabe si por primera vez en la historia, ese ascenso a la máxima categoría del fútbol español está más cerca que nunca.